LA CORTE DE LUCIFER - OTTO RAHN La Corte de Lucifer - Otto Rhan | Page 70

noroeste, bate el Ariége, impetuoso y espumante, a través de una garganta oscura que separa las descargas de sus aguas del Pic du Saint-Barthelemy y del Pie du Montacalm. Los pueblos de Verdun, Bouan, Ornolac, el balneario Ussat, de la pequeña y pintoresca ciudad de Tarascón (no confundir con la conocida Tarascón de Rhóne) están situados aquí, y Sabart, que en otra época fue uno de los lugares de peregrinación más renombrados, sólo perdió su fama en el último siglo, por el florecimiento de Lourdes. Sabart le otorgó su nombre al Sabarthés. Luego el Ariége se da prisa orientándose al norte, a las ciudades de Foix, Pamiers y Toulouse, para juntarse con el Garona y afluir a Vizcaya. Voy en sentido contrario por el mismo camino sobre el cual fue salvado el misterioso 'Tesoro de la Iglesia" en la noche del Domingo de Ramos del año 1244, desde el amenazado castillo de Montségur; por cuatro valientes cátaros. La Route des Cathares, que aún hoy se llama así, comienza en el pueblo de Ornolac, donde vivo, y va subiendo dando rodeos ha- cia el Plateau de Lujat, una especie de meseta situada encima del monte Lujat. Éste, una avanzada del Pic du Saint-Barthelemy, se despeña en forma vertical hacia el Sabarthés. Sobre la meseta, poblada de densos arbustos de espino e incalculables zarzales de mora, hallé una bóveda empotrada en la montaña. No sabría precisar a qué fines sirvió, pero puedo imaginarme que fue una especie de lugar de descanso para los cátaros que se dirigían de Sabarthés a Montségur. Estaban necesitados de un lugar de este tipo, debido a que aquí empieza un grandioso mundo de alta montaña. Rocosidades y más rocosidades se van sucediendo cada vez más alto hasta cúspides de casi tres mil metros. Digno de admiración, Cuán esmeradamente y con cuánta seguridad trazaron los cátaros este camino. Es bastante frecuente que, Cuándo repentinamente se abre un precipicio y uno cree llegar al fin del camino, se superan las depresiones con recubrimientos de sólidos troncos de árboles superpuestos, unidos por tablones. Quien no sufra mareos y sea perseverante, después de escalar muchas horas