LA CORTE DE LUCIFER - OTTO RAHN La Corte de Lucifer - Otto Rhan | Page 25

millares, la chusma de Europa: los ribaldos, los truhanes y, en los templos de Venus montados sobre cuatro ruedas, las pelanduscas de todos los países posibles". Estos párrafos expresan sus sentimientos con respecto a la cruza- da contra los albigenses y la persecución de la herejía. Rahn tal vez fue un moderno heresiarca, seguidor romántico de aquella utopía ya desaparecida en el mundo. Y por si fuera poco... la utopía se resiste a desaparecer, el profundo significado del Grial sigue guardado en los misterios de la gnosis. Y es en el fugaz extremo de las ideas donde la utopía continúa alentando la búsqueda del Grial. Y hombres como Rahn y tantos otros, equivocados o no, siguen esa búsqueda, por momentos herética, que resulta en denodada ma- nifestación del espíritu humano. Es tal vez en ese paraje intangible, subjetivo y recóndito de las ideas, donde se encuentra el Grial. La mística, que resulta en un legado atávico. Otto Rahn fue un romántico y moderno buscador del Grial, y con él se llevó sus misterios, los del Grial y los propios. Sus expe- riencias no se han perdido... Quedaron algunas certezas y otras equivocaciones de su intelecto, y, lo más importante, la utopía de su búsqueda que ahora nos pertenece como un mito. El Grial seguirá oculto como un misterio. Rahn quizá lo en- contró al final de su vida, o en su profunda soledad, en momentos como ése en que -recordando a Franz Kampers- dice: "A veces, junto a mi lámpara, sus palabras me ayudaron a iluminar los te- nebrosos laberintos de las cuevas del Grial [...]. La palabra Grial era oscura desde el principio. Esta falta de claridad del nombre en sí y de su origen nos indica precisamente que lo santo tuvo una prehistoria en la que existía una Grandeza, conocida y aprehensible, que también se llamaba Grial"... Andrés J. P. Paez