LA CORTE DE LUCIFER - OTTO RAHN La Corte de Lucifer - Otto Rhan | Page 223
pudiera ver el Grial; a pesar de que le fue pasado ante sus ojos.
Los verdaderos dioses quieren a la juventud que con ímpetu
exige sus derechos y, no obstante, obediente a la ley, releva y en
consecuencia "redime" a la divinidad que se ha vuelto vieja.
Esto lo escribí un domingo estupendo; en Runkel, cerca de Lahn,
mientras la madre del grano hilaba y el padre sol lanzaba sus
flechas. Ante mí hay un libro amarillento. En la página
abierta hay una frase en latín: "Roncari vocantur a villa".
Según algunos es por la ciudad de Runkel que los cátaros
alemanes fueron llamados Runcarii (o, como también he leído,
Runkeler). Los Runkeler portaban espadines, y Jakob Grimm
entendía, por el contrario, que esta espada se llamaba runco y
era la causa de que llevaran ese nombre.
C OLONIA
La inscripción del antiguo sello de Colonia reza: "Sancta
Colonia Dei Gratia Romae Ecclesiae Fidelis Filia", Santa
Colonia por la gracia de Dios, fiel hija de la Iglesia romana. E1
papa Inocencio III, el máximo responsable de la cruzada contra
los albigenses, la calificó como la más ilustre de todas las
ciudades de Alemania por su fama y por su magnificencia. Y
una crónica del siglo XI dice que ella es "caput et princeps
Gallicarum urbium", capital y princesa entre las ciudades galas.
Así es; durante mucho tiempo, Colonia fue romana y, una vez
más, romana.
Como Colonia Agrippinensis fue la fortaleza renana más
importante de la Roma gentil, plaza de armas y asiento de un
generalato en jefe. Tenía capitolio, templo, anfiteatro, acueductos,
era de construcción semejante a las romanas y ni los propios
cesares se privaban de ella. Luego, un buen día, llegaron los francos
y los obispos cristianos. Colonia permaneció "romana". En el siglo