LA CORTE DE LUCIFER - OTTO RAHN La Corte de Lucifer - Otto Rhan | Page 210

gallo. El caballero rechazó ambos y se mantuvo dentro del círculo. Pero se fue poniendo blanco cadavérico y nunca más recuperó el otrora saludable color de su cara". De aquí en adelante fue un hombre, como se dice, pálido como un maniqueo... Desde el campanario de la Iglesia de San Juan, en Giessen, observé el Frauenberg (Monte de las Mujeres). En sus inmediaciones, los señores de Dernbach, caballeros del Westerwald, mataron a golpes al magíster Konrad. Que suplicó lloriqueando por su vida. SlEGEN Vi un camino de peregrinación que desde Herkersdorf conducía cuesta arriba a un pueblecito. A su vera se alzan doce estaciones con coloridas imágenes que describen la historia de la pasión de Jesús de Nazaret. Una audaz cima de basalto sobresaliente remata el camino: el dolmen, portando una enorme cruz de madera. En la roca se ha empotrado un nicho, la decimotercera estación. En su interior, hechos de yeso y chillonamente pintados, están María y el Niño. Quien en otros tiempos caminara por aquí, iba de la casa de los Herka a la piedra de los Trute. Éstas son dos designaciones antiguas. Lo más bello de Alemania se ve desde la cumbre de la Piedra de los Trute. Montes, colinas, bosques, praderas, ciudades, pueblos por los vastos alrededores. Corrientes de agua rielan argénteas hacia lo alto. Rayos de sol y sombras de nubes juguetean por sobre ellas y el viento entona un delicioso canto. Al lanzarse al ataque el viento de medianoche o el de la mañana, como decir del norte o del sur, va narrando de Sigfrido cómo aprendió el arte de la forja con los enanos de Balve, allí en los abismos de los montes del Sauerland, como informa la saga