LA CORTE DE LUCIFER - OTTO RAHN La Corte de Lucifer - Otto Rhan | Page 202

naron al fuego, fueron rodeados con leños y calcinados entre terribles lamentaciones. Deben de haber sido más de cien, entre ellos, muchas nobles personas". Konrad von Marburg, según muchos suponen, estuvo involucrado en esas ejecuciones masivas. Por doquiera en Alemania fueron "interrogados innumerables herejes por el magíster Konrad como autoridad apostólica y luego sentenciados por veredicto profano y quemados". Una vez detuvo, en su ciudad materna de Marburg, a algunos caballeros, sacerdotes y otra gente selecta; unos se convirtieron, otros fueron quemados detrás del castillo de Marburg, y por esto todavía se llama el Arroyo de los Herejes. El Arroyo de los Herejes se ha transformado actualmente en una calle igual a cualquier otra. Sólo su nombre advierte sobre las atrocidades allí cometidas por el representante especial de Roma. Tampoco la iglesia de Santa Isabel, construida en estilo gótico tem- prano, como catedral sepulcro de la santa, cerrando con su pesadez el Arroyo de los Herejes, habría recordado aquellos sucesos si Konrad no hubiese sido el director espiritual de Isabel. Sin Konrad von Marburg, hubiese habido una condesa, Isabel von Thüringen, pero ninguna santa Isabel. El esposo de Isabel, el conde Ludwig VI de Thüringen y Hesse, era el soberano de Konrad. Isabel, hija del rey Andreas de Hungría, fue conducida a él y comprometida en matrimonio. A la tierna edad de 14 años pasó a ser esposa de Ludwig; a los 15, tuvo su primer hijo. No sabemos lo que indujo al landgrave a reconocerle al magíster Konrad derechos especiales del papa, para designarlo director espiritual de su esposa. ¡Muy extraños derechos! Por Isentrud von Hörselgau, sirvienta de la condesa, fueron dados a conocer los siguientes sucesos: una vez Konrad exhortó a su penitenta a que escuchara un sermón. Isabel no pudo ir porque había recibido la inesperada visita de una pariente, la margravina de Meissen. Konrad dijo a la joven esposa del landgrave que, por esta desobediencia, de allí en más no se preocuparía por ella. Sólo