LA CORTE DE LUCIFER - OTTO RAHN La Corte de Lucifer - Otto Rhan | Page 188
verosimilitud de la fuente, Kyot de Provenza, el trovador Guiot
de Provenza había alabado a herejes caballerescos y a señores
principales heréticos; el castillo del Grial Mountsalvatsche tuvo su
ejemplo en el castillo pirenaico Montségur, el país del Grial terre
de salvatsche, fue la zona del Tabor pirenaico. Y quizá fue el Grial
aquel Tesoro de la Iglesia, al que cuatro puros heréticos salvaron
del amenazado castillo Montségur en la región de las cuevas del
Sabarthés. No ese Grial que el falseamiento eclesiástico ha
hecho cáliz de la Pasión de Jesús de Nazaret, sino una piedra
caída de la corona de Lucifer, la que otorga comida y bebida y
confiere no tener que perecer a aquellos que son dignos de su
vista.
Una vez más subo solo al castillo Wildenberg. Hace mucho
que no observo las raras y bellas obras de cantería, así como sus
variados signos. Luego oteo en el país recordado. Mis
pensamientos van hacia la lejanía. Al Oriente, van por el mismo
camino que una leyenda pirenaica dice que siguió como
blanca paloma aquella condesa Esclarmonde de Foix, señora
del Castillo del Grial, del Montségur: hacia las montañas de
Asia. Esclarmonde no ha muerto, me dijo un pastor. Todavía
vive allí, en el paraíso terrenal...
También para los parsis iranios y para los arios indios, el
recuerdo fue el único paraíso del que ellos no podían ser
expulsados. El alto Septentrión, como es sabido, enseñó su santa
tradición de haber sido sede primitiva de los arios, aquel
afortunado país Ariana, en el que el sol tuvo su patria y donde los
hombres eran felices. Allá se vivía una larga vida y con toda
confianza se podía dialogar con los dioses; si casi parecía que
los dioses vivían en medio de los hombres. Un elixir emanado de
árboles portentosos otorgaba la inmortalidad celestial y la
divinización a los hombres: la bebida Haoma o, como la llama-
ban los indios arios, soma. Con la que se asimilaba la fuerza
aria.