LA CORTE DE LUCIFER - OTTO RAHN La Corte de Lucifer - Otto Rhan | Page 179

luchó Dietrich con Sigfrido, cuya callosidad le permitió desviar los cintarazos propinados por Dietrich. Bern lleno de ira, echaba espumarajos por la boca, como si fuera el mismísimo demonio. Sigfrido cayó derrotado en el regazo de Krimhilde, quien raudamente arrojó un velo protector sobre él. Dietrich y sus héroes recibieron las merecidas guirnaldas de rosas y el beso. Esta guirnalda de rosas o rosario no puede haber sido la eclesiástica, aquella cadena de bolitas para rezar el rosario. La guirnalda de rosas o rosario antaño no era rezada, sino que, sonriendo, se suspendía del árbol de mayo y delante de casa "por la gracia del canto". Esto también lo hizo en su tiempo un eclesiástico del pueblo Elysacia (hoy Elz) en la diócesis de Tréveris, allá donde vivía el monje cisterciense Cesarius von Heisterbach y donde escribió sus crónicas en el siglo XIII. El eclesiástico había ganado en el baile en corro una guirnalda de rosas (o rosario) como premio y la colgaba frente a su casa, "para que la gente se divirtiera y tuviera ganas de participar en los bailes".. Un día se encontraba en la taberna tomando zumos de uva. Súbitamente se presentó un terrible temporal. Con su sacristán, que también había bebido, digamos, una copita, se apresuraron en llegar a la iglesia a tocar las campanas. Ya en la iglesia fueron los dos derribados por un tremendo golpe, y, curiosamente, el sacristán quedó debajo del eclesiástico. El sacristán salió ileso, pero el sacerdote estaba muerto. "Por haber bailado en el corro y una guirnalda de rosas haber colgado, fue por el cielo castigado", creyó el cronista. En vez del rosario, aconteció muchas veces que el premio consistía en un carnero o un macho cabrío. En Hertene (hoy Kirchherten, en la baja Renania) sucedió una vez -según cuenta Cesarius- que un carnero decorado con cintas de seda fue festivamente expuesto, y un pregonero animó a la gente a bailar en torno de él. Al mejor bailarín se lo premiaría con el animal. Con acompañamiento musical comenzó la danza en rueda. Pero también sobre Hertene se descargó una fuerte tormenta que terminó con la diversión.