LA CASA DE LOS ESPÍRITUS ALLENDE ISABEL - La Casa De Los Espiritus.PDF | Page 63

La casa de los espíritus Isabel Allende -Sin pecado concebida. -Te escucho, hija. -Padre, no sé cómo comenzar. Creo que lo que hice es pecado... -¿De la carne, hija? -¡Ay! La carne está seca, padre, pero el espíritu no. Me atormenta el demonio. -La misericordia de Dios es infinita. -Usted no conoce los pensamientos que pueden haber en la mente de una mujer sola, padre, una virgen que no ha conocido varón, y no por falta de oportunidades, sino porque Dios le mandó