LA CASA DE LOS ESPÍRITUS ALLENDE ISABEL - La Casa De Los Espiritus.PDF | Page 116

La casa de los espíritus Isabel Allende héroe perseguido por los patrones, pero en el fondo estaban convencidos de que hablaba tonterías. -Si el patrón descubre que vamos a votar por los socialistas, nos jodimos -dijeron. -¡No puede saberlo! El voto es secreto -alegó el falso cura. -Eso cree usted, hijo -respondió Pedro Segundo, su padre-. Dicen que es secreto, pero después siempre saben por quién votamos. Además, si ganan los de su partido, nos van a echar a la calle, no tendremos trabajo. Yo he vivido siempre aquí. ¿Qué haría? -¡No pueden echarlos a todos, porque el patrón pierde más que ustedes si se van! -arguyó Pedro Tercero. -No importa por quién votemos, siempre ganan ellos. -Cambian los votos -dijo Blanca, que asistía a la reunión sentada entre los campesinos. -Esta vez no podrán -dijo Pedro Tercero-. Mandaremos gente del partido para controlar las mesas de votación y ver que sellen las urnas. Pero los campesinos desconfiaban. La experiencia les había enseñado que el zorro siempre acaba por comerse a las gallinas, a pesar de las baladas subversivas que andaban de boca en boca cantando lo contrario. Por eso, cuando pasó el tren del nuevo candidato del Partido Socialista, un doctor miope y carismático que movía a las muchedumbres con su discurso inflamado, ellos lo observaron desde la estación, vigilados por los patrones que montaron un cerco a su alrededor, arm