LA CASA DE LAS DOS PALMAS la casa de las dos palmas | Page 20

talleres, de agencias, de carteristas,“Ya tumbaron La Plaza”. El viejo Guayaquil se evoca en una balada que podría ser medieval: “¿Onde los billares de las grandes tacadas? ¿Onde las tablas y la pista que brillaban sus zapatos combinaos en el baile fino?” (54) Ernesto pensativo: “A uno le quitan sus sitios, en esta edá es como si lo rematara”. (55) Y concluye: “...ahora pertenezco a lo acabao.” De Balandú van y vienen a Medellín. Es el pequeño corazón de Aire de tango el que todavía tiene lazos afectivos con su gente, las evoca con gusto aunque al campo “uno le va perdiendo sabor”. Las Barbaritas, Chelito Leucemia, Pascasio, Fabián Mejía, Elías Botero, Piedad Rojas, Eusebio Morales, El Profesor Bernardo, los caballos Carey, Tirano, la mula La Gitana. Las veredas, las frutas, las flores. El tango y Gardel. Manuel Mejía Vallejo guardaba recortes de prensa en su archivo. Lo que representaba para él: “Es un poco eso, lo que dejamos más allá de nuestro recuerdo, lo que amamos y morimos y nostalgiamos en la hora tarda. Ahora tarareamos esas viejas canciones y en Luis Penagos volvemos al viejo oficio de sufrir y ser hombre junto a la voz que nos habla del amor, la vida y de la muerte”. Aire de tango es un homenaje a su generación, a los artistas que lo acompañaron. Es la historia de un tiempo que fue, parte de su historia: “Don Bernardo y el Profesor en Aire de tango soy yo”. En 1975 Manuel Mejía Vallejo viaja a Rusia para asistir al Congreso Mundial de Escritores. Los comentarios acerca de su obra La tierra éramos nosotros lo sorprenden: el entorno es exótico para ellos pero la situación de los campesinos, la religiosidad - aún represada en otros países - la calidez humana permiten una lectura universal. A su regreso la situación política, su temperamento de antioqueño dado al humor lo llevan a publicar unas hojas polémicas y ágiles “El siriri” (abril - mayo 1976). Ese pájaro diminuto picaba, se burlaba y murió después de cuatro vuelos. Lo constituían: el ideario de Don Perucho Pelotas que seriamente cavilaba “Y suponiendo que la religión sea el opio del pueblo... ¿qué? Como nuestro pueblo es profundamente vicioso, será más religioso cada día”. (56) “El problema campesino se solucionará cuando todo el campo sea una hermosa ciudad”. Ilustrado por el mismo autor con las caricaturas de Juan Chumbimba: Colombia anda mal por culpa de los estudiantes (primer cuadro) Yo propongo una universidad libre (segundo cuadro) ¡Donde no se reciban estudiantes! (Tercer cuadro).