-Vamos a ver -dijo Dalton, con los ojos casi sobre la bolsa-. La cabeza es negra, con...
uf... una cabeza de Catarina. El cuerpo es rojo, con orillas y divisiones negras. Hay dos
puntos negros en el lado izquierdo del cuerpo, viéndolo desde arriba... con la cabeza
en la parte superior. ¿Me explico?
-Perfectamente. Siga, por favor -dijo la voz, con paciencia.
-Sobre el lado derecho de la Catarina hay tres puntos, así que son cinco en total.
Hubo una pausa.
-¿Está usted seguro de que son cinco puntos?
-Sí, señora, son cinco puntos.
Dalton buscó con la mirada a Mack -quien se había pasado al otro lado para ver mejor-,
hizo contacto visual con él y se alzó de hombros como preguntando: "¿A quién le im-
porta cuántos puntos sean?"
-Muy bien. Ahora, oficial Dabney...
-Dalton, señora, Tommy Dalton -miró de nuevo a Mack y entornó los ojos.
-Perdón, oficial Dalton. ¿Podría voltear el prendedor y decirme qué hay en la base o
parte de abajo de la Catarina?
Dalton dio vuelta a la bolsa y observó con atención.
-Hay algo aquí, grabado en la base, agente especial... oh, no recuerdo su nombre.
-Wikowsky, como suena. ¿Hay unas letras o unos números?
-Déjeme ver. Sí, creo que tiene razón. Parece una especie de número de mod elo.
Umm... C... K... 1-4-6, creo, ¡sí! Charlie, Kilo, 1, 4, 6. Es difícil ver bien a través de la
bolsita.
Hubo un silencio en el otro extremo de la línea. Mack murmuró a Dalton:
-Pregúntele por qué, o qué significa eso.
Dalton titubeó, pero accedió. Hubo otro largo silencio en la línea.
-¿Wikowsky? ¿Está ahí?
-Sí, aquí estoy. -Su voz sonó de pronto sorda y cansada-. Oiga, Dalton, ¿está en un lu-
gar privado donde pueda hablar?