orador, sugiere parpadear mucho. Eso quiebra tu concentración. Pasarse la mano por la frente o mover la cabeza a menudo también ayuda, aunque puedas sentirte algo tonto al hacerlo permanentemente en tu oficina, en la escuela o el hogar.
El punto importante a entender es que no se puede simplemente dejar de pensar en lo malo; tú tienes que “cambiar de canal”. Incluso después de haber rechazado los pensamientos semillas de Satanás, es necesario reemplazar los pensamientos negativos con buenos pensamientos. De eso hablaba el apóstol Pablo cuando dijo: “Todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad” (Filipenses 4:8).
-Tomado del libro Levántate y pelea por Ken Abraham. Publicado por Casa Creación. Usado con permiso.