La guerra por tu mente
KEN ABRAHAM
Nunca está de más insistir con la verdad: algunas de las batallas más importantes de la guerra espiritual tienen lugar dentro de tu cabeza. Pero el diablo y sus demonios no pueden leer tu mente o hacer que pienses de cierta manera sobre ningún tema. El único poder del diablo es tentar. Satanás y sus asistentes son maestros en “sugerirle” el mal a tu mente. Cuando esto sucede, tu respuesta debe ser rechazar inmediatamente la idea.
Un buen ejemplo de esto en la vida de Jesús sucedió cuando preguntó a sus discípulos lo que el mundo decía de Él. Los discípulos informaron que algunas personas suponían que Jesús era Juan el Bautista,
resucitado de entre los muertos; otros pensaban que podría ser Elías, y otros decían que era Jeremías o uno de los profetas (Mateo 16:14). Entonces Jesús enfocó con mayor claridad el tema para ellos. Continuó preguntándoles: “Y vosotros ¿quién decís que soy yo?” (v. 15).
Ahí está: la pregunta central acerca de Jesús. Todo lo que hicieron los discípulos con Jesús, incluyendo el tiempo personal que pasaron con Él, así como los milagros que presenciaban dondequiera que iban con Él, tuvo el propósito de traerlos a este punto fundamental. Este es momento crucial para cualquier persona cuando realmente responde a la pregunta de Jesús: “Pero tú ¿quién dices que soy yo?”.