El cuerpo de B. Franklin,
Impresor,
Como la cubierta de un libro viejo,
Con su interior rasgado,
Despojada de su texto y sus dorados,
Yace aquí, como alimento para los gusanos.
Pero la obra no se perderá:
Porque como el creyó, aparecerá de nuevo,
En una edición nueva y más perfecta,
Revisada y corregida
Por el Autor.
“En una edición nueva y más perfecta”. Así expresa Benjamín Franklin la forma en que su cuerpo, según lo que él creía, “aparecería de nuevo” después de la muerte – un cuerpo nuevo y perfeccionado por su autor original, Dios.
Sí, Dios tiene un propósito para nosotros, y nuestras vidas no son producto del azar. Quienes han estudiado las Escrituras y han observado honestamente la creación física entienden esta verdad.
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