18 Inongo-vi-Makomè
Descolgó el teléfono que tenía encima de la mesa y marcó el número de su esposa , en Inglaterra .
— Suzanne , ¿ eres tú ? – preguntó cuando descolgó el teléfono en la otra parte . — Sí , soy yo , Arthur . ¿ Te pasa algo ? — No me pasa nada – la tranquilizó –. Pensaba en ti . Me siento muy solo y de pronto me he dado cuenta de que estoy rodeado de ineptos .
— Nunca pensaste así de los africanos , ¿ qué ha pasado ahora ?
— Ha pasado que mi ayudante ha venido a comunicarme que los animales de África se han ido a reunirse a un punto determinado de la selva para celebrar una asamblea , algo así como la Asamblea de la Unión Africana , pero en versión animal .
—¡¿ Qué ?!, ¿ qué ha pasado con los animales ? Habla más alto , no oigo nada – le dijo su mujer .
—¡ Te decía que mi ayudante cree que los animales han ido a celebrar una asamblea ! – repitió Mr . Thompson gritando .
—¿ Qué vas a asistir a una asamblea ? ¿ Dónde y cuándo ? Habla más alto , está lloviendo mucho – informó su mujer .
Mr . Thompson colgó el teléfono con fuerza sin despedirse . Odió su país , Inglaterra . Siempre llovía allí y sus días eran grises y tristes , pero también odió Kenia y toda África negra por el calor que hacía ... Los días eran claros y alegres , pero el calor era extremo . Como en ese momento , que sudaba copiosamente porque el ventilador de su despacho estaba estropeado .