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2. ¿Quién ha apuntado al niño a 20 actividades a la semana de lunes a sábado?.
3. ¿Ha pedido el niño apuntarse a todas y cada una de las actividades?.
4. ¿Quién no es feliz?. ¿El niño?. ¿Por qué?. ¿Se está quejando el niño del sistema?.
5. ¿Le incomoda al niño?.
6. ¿Es el sistema el que nos carga o son nuestras decisiones?.
Me hago cargo de que tenemos que trabajar, y a esto hay que dedicar tiempo y nos sirve de excusa para sobrecargar a nuestros niños y personas que nos aguantan cada día, lo fácil es culpar a los demás de nuestra situación. Sin embargo, soy consciente de que la vida tiene varias áreas y todas ellas son igual de importantes y os puedo prometer que con organización y compromiso se pueden cubrir todas y cada una de ellas, de forma eficiente. Si no soy capaz de asumir, aceptar y organizar mi tiempo, no puedo organizar el de mi hijo, ya que lo voy a hacer desde mi caos y eso lleva a más caos y perpetuaré este modelo hasta el fin de los días, porque no os olvidéis que somos el referente de los peques de la casa.
Vamos con uno de los ejemplos más habituales que da lugar a enfados, discusiones familiares, conyugales y sirve para que justifiquemos el victimismo de nuestra vida. Después de trabajar todo el día tenemos que llegar a casa, pensar qué preparar de cena y encima que sea comida sana y equilibrada, que no se repita el menú. ¿Cuánto tiempo resta de tu día esto?. Pues entre 60 y 90 minutos, entre que pienso, decido y lo preparo. Me complace deciros, que vivimos en la mejor época para solucionar esto: existe internet donde buscamos planning mensual de cenas para niños y solo