Respetado en vida y querido en la muerte
FÉLIX LOPE DE VEGA
Galán y escritor para el recuerdo.
H
Retrato de Lope de Vega.
oy Madrid está sacudida por la
tristeza que acontece a la muerte
que se dio ayer del escritor,
dramaturgo y sacerdote Lope de
Vega. La melancolía se extiende por
las calles, callejuelas y las plazas
reflejándose también en los
corazones de los ciudadanos
madrileños y familiares que
presenciaron su funeral mediante
una procesión que dio un rodeo
para pasar por el convento de Sor
Marcela (Convento de las Trinitarias
Descalzas). Su duelo ha durado
unos dolorosos nueve días para
después ser enterrado
posteriormente en la parroquia de
San Sebastián.
Los que lo conocían los describen como
una persona maravillosa, un amigo único y
un dramaturgo excepcional dentro de su
ámbito profesional. Este nos ha dejado
marcados por sus obras, asombrados por su
personalidad y trato hacia el pueblo. Dentro
de su legado debemos destacar la herencia
cultural que ha sembrado en nuestra
comunidad pues gracias a él, el pueblo
madrileño puede disfrutar del teatro y el
ocio. Es por esto que su muerte ha sido lo
más dolorosa e inesperada que pueda
imaginar. Tanta es la pena que hasta
aquellos a los que tenía en contra por no
cumplir sus obligaciones religiosas (era un
sacerdote desposado) lloran su
fallecimiento.
Su familia y yo, personas cercanas a su
entorno no podríamos estar más orgullos de
él. Ha dado sentido al apellido Lope de Vega
y la dramaturgia española con una inmensa
producción de obras que se conservaran
como oro en paño. Su esencia ha
impregnado obras como la famosa
Fuenteovejuna, El caballero de Olmedo y El
castigo sin vergüenza. Gracias a él la
ciudadanía ha podido disfrutar de estas y
muchas más obras bañadas de acción,
intensidad lírica y creaciones de poesías
populares castellanas que tanto nos
gustaban.