KATHEDRA N°15 Revista Kathedra N°15 | Page 48

La Vida al Servicio de Dios Por David Fábrega Zepeda Egresado Pedagogía en Historia y Geografía Nunca uno puede lograr imaginar cuales son los planes de Dios para uno. Cuando me encon- traba estudiando mis últimos años de colegio y elegí estudiar pedagogía sabía claramente que no es una tarea fácil, pensaba “¿Qué me camino ten- drá Dios para mí como profesor?” ese pensamiento se acrecentó cuando decidí estudiar Historia, pues dentro de mí también tenía el deseo de ser un Misionero y creía que esas dos co- sas no eran compatibles. Uno piensa que para ser un misionero el área de salud cae como anillo al dedo. De todos los libros de misioneros que pude leer, no leí nin- guno que fuera de algún docente. Algo que en algún punto puede ser triste, y uno puede llegar a pensar en algún momento que la vida de misionero no encaja con nuestra carrera o pasión. De ese pensamiento uno puede creer que Dios tiene planes simples o no tan extraordinarios para uno. Cuando me encontré ya fina- lizando los estudios universitarios, me vino a la mente el pensamiento que hace años tenía: “debía ser un misionero”. Dios me dio la posibili- dad de estudiar, y ahora debía servir, en forma de gratitud. Al aceptar ser misionero uno se encuentra con los planes de Dios, planes que como ya dije uno no imagina. La vida como misionero en el instituto Adventista del Uruguay me ha mostrado que finalmente las ense- ñanzas entregadas en la Universidad están porque ellos buscan formar mi- sioneros. Ahora con gratitud a Dios y a mis docentes puedo decir que pude lograr mis dos cometidos, estudiar pedagogía y ser misionero. La vida como misionero no es nada fácil, pero acepto con fe en Dios que es lo que él eligió para mi vida. Sirviendo con gratitud con la inten- ción de poder aprontar su venida.