La Princesa Donaji
Cuenta la leyenda que siendo Cosijoeza el rey zapoteca, y cuya capital de sus dominios estaba en Zaachila, nació su hija Donají, y un sacerdote de Mitla descifra en el cielo un signo de la fatalidad prediciendo que ella se sacrificaría por amor a su pueblo zapoteca. Cuando los mixtecos y zapotecos se encuentran en feroz batalla, Donají conoce herido al príncipe mixteco Nucano, de quien se enamora. Al ser derrotados los zapotecos, los mixtecos piden en prenda de paz a Donají para que el rey Cosijoeza respetara los tratados. Es llevada a vivir a un palacio de Monte Albán; después de la lucha entre los contendientes, una noche que tratan de recatarla es sacrificada por un guerrero.
Es buscada por sus hermanos de raza por todos los rincones de la comarca sin llegarla a encontrarla, hasta que años después un pastor caminando por el Río Atoyac, vio un hermoso lirio brotar de la tierra, el cual era tan bello, que fue a dar aviso a las autoridades quienes de inmediato se dirigieron al lugar, abrieron la tierra encontrando la cabeza de la princesa un tanto inclinada al oriente y de su cien brotaba aquel hermoso lirio. Su enamorado Nucano gobierna con amor a los zapotecos en recuerdo a Donají, y sus cuerpos descansan bajo la misma losa en Cuilapam de Guerrero…eso cuenta la leyenda.
La casa del Rey Cosijoeza está de fiesta. Un bagidito de plata llena los ámbitos de cálida alegría y enciende todos los cariños; ya han puesto en sus manos hoyueladas, el malacate simbólico de la femineidad y, cual una princesa de cuento, la niña recién nacida espera a las hadas de los bellos dones.
Tiboot, el sacerdote de Mitla, descifra en el cielo el sino de aquella niña, hija de la amorosa Pelaxilla y del rey zapoteco noble y fuerte, cual un dios. Tiboot titubea y dice al fin: "múltiples virtudes adornan a nuestra princesa, pero el signo de la fatalidad estaba en el cielo cuando ella nació. Este hecho, precursor de funestos sucesos, nos dice que ella misma se sacrificará por amor a la patria". El capullo de carne y rosas se llamó Donají, nombre sonoro y dulce que quiere decir "Alma Grande".
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