Todos los días
La alarma sonaba pero mis ojos ya estaban abiertos,
esperando lo mismo de todos los días.
Madrugar, con sueño y cansancio del alma, hasta llegar al baño, donde le mentía al espejo con una sonrisa.
Vestirme y lo mismo de siempre,
en un estado de somnolencia veía el mundo pasar con rapidez a mi alrededor.
Por: Julissa Carrillo
Desesperada de abrir mis ojos a lo mismo,
huí de ti, de mi, de todos; y en la soledad,
sin nada de lo de siempre, quise regresar.