JUSTICE TRENDS JUSTICE TRENDS Nr. 1 | June 2017 | Page 72

TECHNOLOGY / TECNOLOGÍA Striving to keep prisons safe, while increasing the opportunity for INMATES’ social reintegration Esforzarse por mantener las cárceles a salvo, al tiempo que aumenta la oportunidad de reinserción social de los internos OLIVER DREWS I nmate family support and social ties are often referred to in criminological theories as important elements of crime prevention and desistance. According to Hirchi’s Theory of Social Control (1969), the existence of social bonds that attach individuals to society, their conventional institutions, values and activities, is the main factor for the deterrence of deviant behaviour, preventing recidivism. Several studies highlight that incarcerated individuals who maintain supportive relationships with their family members are more likely to cease their criminal career and, therefore, less likely to re–offend (Duwe, 2011; Shinkfield & Graffam, 2009). While in detention, regular contact such as in person visits, telephone and written contact with families, all help to maintain or reinforce vital social support networks. This strengthening of social ties not only prevents individuals in custody from establishing a criminal identity (Clark, 2001; Rocque, Bierie and MacKenzie, 2010), but also provides the individual with the essential conditions to avoid recidivism on release, namely: family support and housing or financial support. Recent studies conducted in correctional facilities in Florida (Bales & Mears, 2008); and Canada (Derkzen, Gobeil & Gileno, 2009) suggest that family contact in particular regular visiting is associated with lower recidivism rates. Other studies (Shanahan & Agudelo, 2012) suggest that inmates not only depend on their families to facilitate the adjustment process to the prison system, but also to increase opportunities for effective reintegration. These conclusions are corroborated by the study of Martinez & Christian (2009), which show that maintaining greater contact between inmates and their families and sustaining pro–social relationships between them, lead to lower recidivism rates. Equally important, as a complement to family action or its absence, is the contact with public institutions and public services. Such services, which have a growing digital presence, support the transition from prison back into society. Proven examples of such services are housing or job search assistance, both fundamental elements to the effective offender reintegration. 72   JUSTICE TRENDS //  J U N E / J U N I O 2 0 1 7 E l apoyo familiar a los reclusos y los lazos sociales se refieren a menudo, en las teorías criminológicas, como elementos importantes de la prevención y la deserción del crimen. Según la teoría del control social de Hirchi (1969), la existencia de vínculos sociales que unen a los individuos a la sociedad, a sus instituciones, valores y actividades convencionales, es el principal factor de disuasión del comportamiento desviado, evitando la reincidencia. Varios estudios ponen de relieve que las personas encarceladas que mantienen relaciones de apoyo con los miembros de su familia tienen más probabilidades de cesar su carrera criminal y, por tanto, menos probabilidades de volver a ofender (Duwe, 2011; Shinkfield & Graffam, 2009). Durante la detención, los contactos regulares, como las visitas en persona, el contacto telefónico y escrito con las familias, ayudan a mantener o reforzar redes vitales de apoyo social. Este fortalecimiento de los lazos sociales no sólo impide que las personas bajo custodia establezcan una identidad criminal (Clark, 2001; Rocque, Bierie y MacKenzie, 2010), sino que también proporciona al individuo las condiciones esenciales para evitar la reincidencia tras su liberación, a saber: apoyo familiar y alojamiento o apoyo financiero. Estudios recientes realizados en establecimientos penitenciarios en Florida (Bales & Mears, 2008) y Canadá (Derkzen, Gobeil & Gileno, 2009) sugieren que el contacto familiar, en particular con visitas regulares, se asocia con menores tasas de reincidencia. Otros estudios (Shanahan & Agudelo, 2012) sugieren que los reclusos no sólo dependen de sus familias para facilitar el proceso de ajuste al sistema penitenciario, sino también para aumentar las oportunidades de reintegración efectiva. Estas conclusiones son corroboradas por el estudio de Martínez y Christian (2009), que demuestran que mantener un mayor contacto entre los reclusos y sus familias, y mantener relaciones pro–sociales entre ellos, conduce a menores tasas de reincidencia. Igualmente impor- tante, como complemento de la acción familiar o de su ausencia, es el contacto con las instituciones públicas y los servicios públi- cos. Estos servicios, que tienen una creciente presencia digital, apoyan la transición de la prisión a la sociedad. Ejemplos proba- dos de tales servicios son asistencia en vivienda o búsqueda de empleo, ambos elementos fundamentales para la reinserción eficaz del delincuente.