Me sentí devastada, sabía que nada que yo hiciera me resultaría, nunca había tenido la fuerza de voluntad para lograrlo, ¿que podría ser distinto esta vez? Así llegué a OA Chile. Buscando formas de comer saludable en internet, apareció la página y sentí que esa era yo, alguien que jamás había logrado controlar la comida, más bien la comida me controlaba a mí y mi vida completamente ingobernable, recuperando mi salud a duras penas y con un futuro sentenciado.
"Supe al fin lo que se siente pertenecer. Ese fue mi primer paso en OA"
Era ya la mitad de diciembre del 2019, cuando asistí a mi primera reunión, por entonces presencial (había llegado el Covid) y reconozco que sentí mucho miedo de entrar. No tenía idea qué me encontraría. Para mi sorpresa, encontré personas amables, sonrientes y acogedoras… Claramente, no sufrientes como yo. Eso me provocó extrañeza: ¿por qué están todos felices? Empezó la reunión, había paz, respeto, sonrisas. Yo observaba todo con ojos desencajados, inquieta.
BIENVENIDO A CASA
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Sólo por Hoy 6
Llegó el momento que me dieron la bienvenida y cada uno contó su vida y cómo había llegado a OA. Ahí, por primera vez, sentí que mis muros se caían, me sentí desnuda y frágil, sentí que todos habían vivido lo mismo que yo, su historia era la mía. Por lo tanto no había careta que pudiese colocarme, ellos las conocían todas.
A pesar de eso, me abrían los brazos y me acogían como una más. Supe al fin lo que se siente pertenecer. Ese fue mi primer paso en OA. Trabajo mi programa diariamente y recibo mucho amor, comprensión, apoyo. Voy dando mis pasos con lentitud, pero sabiendo que piso sobre terreno firme porque otros amorosamente ya lo han transitado para mí.
Anónimo, Chile