ESPIRITUAL
Hoy pensaba en cómo me parezco a mi jardín, salvaje, indómito, pero igualmente bello. Desde pequeña me caractericé por eso. Por ejemplo, en la granja de mis padres me ocupaba de tareas que normalmente harían los muchachos. Aprendí a conducir tractor y automóvil cuando era adolescente.
La calma que tengo en mi corazón, me permite observar con asombro mi jardín lleno de plantas silvestres que florecen y crecen para alegrar y adornar. Flores amarillas de los girasoles, rosas rojas y azules, que surgen espontáneamente. Veo también la actividad bollante. Esto me hace pensar en cómo el servicio ha permitido mi crecimiento y desarrollo, en cómo he crecido a pesar de las dificultades y los tropiezos, cómo he aprendido a embellecer mi vida y hacerla más plena. Aunque me queda mucho por trabajar, sé qué Dios me ama como ama a mi jardín. Lo llena de pájaros y abejas, les da su alimento y a mí el mío.
COMPAÑEROS COMPARTEN SUS REFLEXIONES ESPIRITUALES SOBRE COMEDORES COMPULSIVOS ANÓMIMOS - CCA Y LA VIDA COTIDIANA.
Sólo por Hoy 4
Aquí sentada en mi mesa de la cocina, puedo observar todos los regalos que tengo cada día. Un cielo nublado que trae la esperanza de la lluvia, un girasol que se mueve lentamente con el aire mientras se posan unos pequeños pájaros. También observo a unas abejas en su constante trabajo para dar un regalo de amor a los demás. Aves e insectos llevan el polen de un lado a otro, permitiendo que las plantas sigan expandiéndose.
Así es el servicio en mi vida, un regalo de amor de mi Poder Superior para que pueda dar a otros lo que yo he recibido. Gracias a Dios y a Comedores Compulsivos por tanto.
Anónimo, México
MI CAMINO
"Aunque me queda mucho por trabajar, sé que Dios me ama como ama mi jardín "