"¿Cuánto habré comido? Seguro demasiado. No existe posibilidad de que lo haya hecho de una forma normal"
TESTIMONIO SOBRE BULIMIA
Continuación
Después, a solas, el terror se apodera de mí nuevamente, al no recordar los hechos con claridad: “¿cuánto habré comido?, seguro demasiado, no existe posibilidad de que lo haya hecho de forma normal”; de inmediato el mismo pantalón que unas horas antes me quedaba muy cómodo, ahora me aprieta demasiado y en mi mente todos los kilos que he bajado en los meses anteriores, han desaparecido instantáneamente; la imagen de una mujer con tremenda obesidad mórbida se proyecta en mi cabeza, y comienzo a respirar agitada y a caminar con singular torpeza y pesadez. ¡Intolerable!, la “solución” es correr al cajón de los medicamentos en busca de mis laxantes, ¿cuántos?, no importa, muchos, varios “esto tiene que salir”; por supuesto, al ser tantos, además de diarrea me provocan vómito.
A la mañana siguiente la pesadez física se ha ido, pero me siento deshidratada, con tremendo dolor de cabeza y de estómago, débil, adolorida y temblorosa; sin embargo, disimulando lo mejor posible, porque sobran las preguntas y los consejos para tratar de “ayudar” con mis conductas insanas y destructivas; como si yo no lo supiera…
Sólo por Hoy 19
Cuando llegué a CCA me hablaron de que era importante que trabajara en un plan de alimentos, uno que me hiciera sentir bien y que me ayudara a recuperar y conservar un peso sano; cuando comencé a trabajarlo, eso dio orden a mi vida. Mi plan de alimentos es mi eje, mientras yo siga mi plan, es más fácil conservar la cordura cuando la vida cambia los vientos y se alteran mis mareas internas.
Actualmente para mí, la tristeza sigue siendo una emoción difícil, porque se me quitan las ganas de comer por completo y empiezo nuevamente a ver a los alimentos como sustancias enemigas; pero sé que, si no sigo mi plan y dejo de comer, después vendrán el atracón y la bulimia.
He comprendido que mi comer compulsivo no consiste sólo en atracones, sino en dejarme llevar por el oleaje de mis emociones trastocando y dañando profundamente mi cuerpo; para mí la abstinencia consiste en conservarme lo más en el centro posible, como un buen navegante o nadador; así las olas sean altas o bajas, en días de tormenta y soleados; para ello aplico los principios de la oración de la serenidad “serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar y valor para cambiar las que sí puedo”.