JUDÍOS DECLARAN LA GUERRA A ALEMANIA JUDÍOS DECLARAN LA GUERRA CONTRA ALEMANIA | Page 218
ser muerto. Pero resulta fácil contestar que el asesinato de Jesucristo,
verdadero hijo de Dios, merece en estricto rigor teológico el nombre de
deicidio‖ 296 .
La sentencia condenatoria fue determinada por el consejo (Juan 11, 49 y ss.)
es decir, por la máxima autoridad de la religión judía, invocando a la Ley de
Moisés (Juan 19-7) y fundamentando la condena como una acción defensiva
de todo el pueblo (Juan 11 – 50) y de la propia religión judía (Mateo 26 – 65) El
que dicta la sentencia al Mesías es el Sacerdocio de Aarón, síntesis y
expresión primera de la economía teocrática y hierocrática del Antiguo
Testamento. En consecuencia, es válido señalar de deicida al judaísmo en su
condición de “comunidad religiosa”. Ahora, teniendo en cuenta la mentalidad
bíblica, el judaísmo de las épocas ulteriores a Jesucristo coadyuva también
objetivamente de la culpabilidad colectiva del deicidio. Toda vez que ese
judaísmo constituye la perseverancia libre y voluntaria del judaísmo de aquella
época en que crucificaron al Mesías 297
Volviendo al Nuevo Testamento, veamos algunos de entre los variados pasajes
que involucran la responsabilidad colectiva judía. Del Evangelio de San Mateo:
Una vez que Judas traiciona a Jesús y le entrega a los Príncipes de los
Sacerdotes; éstos ―celebran consejo contra Jesús para hacerle morir‖.
―Y habiéndole atado, lo llevaron y presentaron al gobernador Poncio Pilato… y
el gobernador le interrogó diciendo: ―¿Eres tu el Rey de los Judíos?‖ y Jesús
le respondió: ―Tu lo dices‖. Y siendo acusado por los Príncipes de los
Sacerdotes y Ancianos no respondió cosa alguna. Entonces Pilato le dijo:
―¿No oyes de cuantas cosas te acusan estos hombres?‖ Mas el nada
respondió, de modo que el gobernador se extrañó mucho‖
Por tradición el día de Pascua, se ponía en libertad a un preso, que el pueblo
pedía. Pilato pregunta a la multitud judía: ―¿A cual queréis que ponga en
libertad, a Barrabas o a Jesús, llamado Cristo?‖ Estando sentado en su
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Ibíd.
SEGNI, Palestra del Clero, 15 de febrero de 1965
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