JUDÍOS DECLARAN LA GUERRA A ALEMANIA JUDÍOS DECLARAN LA GUERRA CONTRA ALEMANIA | Page 210
o petróleo como combustible. Es la irracionalidad de las irracionalidades
sostener
la quema de 6 millones de judíos. Porque se requerirían
aproximadamente 240 millones de horas de cremación. Aún bajo el supuesto
de quemarse simultáneamente 1.000 personas juntas, hubiese hecho falta
240.000 horas para quemar seis millones de cuerpos. 240.000 horas son
10.000 días, un poco más de 27 años. Si los alemanes hubiesen quemado
1.000 judíos simultánea y continuamente a partir de 1940, hubieran concluido
de quemar al último de los 6 millones de judíos en 1967 318 . Además, ¿dónde
están las toneladas de toneladas de los restos supuestamente cremados?
El combustible necesario para incinerar un cuerpo se estima en 50 litros de
gasolina. En total, para incinerar a 6 millones de judíos se necesitarían
trescientos millones de litros. Trescientas mil toneladas. De acuerdo al Ministro
de Armamento del III Reich, Albert Speer, la falta de combustible de energía fue
la causa definitiva de la derrota alemana. ―Sin embargo, a partir de otoño de
1941, los trabajos se vieron entorpecidos por falta de combustible. … en
septiembre de 1941 el suministro se redujo a una tercera parte del necesario y
en enero de 1942 llegó hasta la sexta parte…‖ 288 A tal extremo que en
diciembre de 1944 – fecha según los exterminacionistas: creadores de las
falsas cámaras de gas, el holocausto judío se encontraba en su apogeo – para
disponer del combustible básico se tuvo que ahorrar durante meses. Y, si nos
instruimos que un carro de combate gastaba cerca de diez litros por kilómetro,
llegamos a la conclusión que el combustible utilizado para “quemar” a los judíos
hubiese sido más que suficiente para la marcha de siete mil quinientos
kilómetros de veinte divisiones blindadas. ¿Es posible semejante irracionalidad
en la patria cumbre de la filosofía racionalista Hegeliana?
Si desde Winston Churchill, en sus Memorias, hasta Eisenhower en su Cruzada
en Europa, pasando por Albert Speer Ministro alemán, unánimemente afirman
que el punto más débil de Alemania fue la insuficiencia de combustible
¿Podemos, siquiera, imaginar que no sólo derrochasen los nazis nada menos
que trescientos millones de litros? Sino ¿además, despilfarrasen incinerando
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SPEER Albert, Memorias, Ed, Acantilado, Barcelona, 2001, pp. 341-342
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