JUDÍOS DECLARAN LA GUERRA A ALEMANIA JUDÍOS DECLARAN LA GUERRA CONTRA ALEMANIA | Page 189
En 1942 comenzaron a difundirse informes sobre el exterminio de judíos en
diarios controlados por sionistas -- como el New York Times -- que se
originaron con toda probabilidad en el Congreso Mundial Judío. El fin principal
de esta propaganda de atrocidades era, sin duda, hacer ver tanto a los
gobiernos como a la población de los estados aliados la necesidad de un
territorio nacional propio para el pueblo judío. Reclamar indemnizaciones - que
escapan a nuestra imaginación contable - que reciben hasta nuestros días.
Las cámaras de gas en el territorio del III Reich
Resulta que ya hace décadas difícilmente encontramos un historiador
sosteniendo que existieran cámaras de gas en el castillo de Hartheim, en
Ravensbrück, en Buchenwald y en Dachau. El acta de defunción para todas
estas cámaras de gas se publicó el 19 de agosto de 1960, cuando el entonces
colaborador y posterior Director del “Instituto de historia contemporánea” de
Múnich, Martin Broszat, escribió en una carta al periódico Die Zeit:
―Ni en Dachau, ni en Bergen-Belsen, ni en Buchenwald se han gaseado judíos
u otros presos... El exterminio masivo de judíos mediante gaseo comenzó en
1941/42, y se ejecutó sin excepción en unos pocos lugares especialmente
elegidos y dotados de instalaciones técnicas pertinentes, ante todo en los
territorios polacos ocupados (pero en ninguna parte del antiguo Reich): en
Auschwitz-Birkenau, en Sobibor a orillas del Bug, en Treblinka, Chelmno y
Belzec‖ 268 .
De esa manera, el que más tarde fue considerado el papa de los historiadores
admitía en pocas palabras que todo lo dicho desde 1945 sobre las cámaras de
gas del antiguo Reich no había sido más que mentiras y engaños. (Bajo el
“antiguo Reich” se entiende el territorio del Reich alemán situado entre las
fronteras de 1937). Broszat no facilitó ni la más mínima prueba para
fundamentar sus afirmaciones, ni en su carta ni más adelante; tampoco explicó
por qué las declaraciones testimoniales sobre gaseo en Auschwitz y Sobibor
serían más fehacientes que aquéllas sobre gaseos en Dachau y Buchenwald.
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Ibíd. pp. 65 - 66
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