JUDÍOS DECLARAN LA GUERRA A ALEMANIA JUDÍOS DECLARAN LA GUERRA CONTRA ALEMANIA | Page 156

comentario al texto. Luego de leer esa infame argucia del mismo Wiesel, reproducimos a continuación otra y que Graf llama con toda propiedad ―Las fosas con llamas del señor Elie Wiesel‖ Elie Wiesel en lugar de las cámaras de gas, vio lo que ningún otro judío se percató, solo él y nada más que él observó, y narra: ―No lejos de nosotros surgían llamas desde una fosa, llamas gigantescas. Estaban quemando algo allí. Un camión maniobró hasta la fosa y descargó su carga en ella. Eran niños pequeños. ¡Bebés! Sí, yo lo había visto, con mis propios ojos... niños en las llamas (¿es de extrañar que desde entonces no pueda conciliar el sueño?). Hacia allá íbamos pues. Un poco más allá se encontraba otra fosa mayor, para adultos... ―Padre‖, dije yo, ―si esto es así, no quiero esperar más. Me precipito en la alambrada eléctrica. Esto es mejor que vegetar durante horas en las llamas…‖ Pero, ese vegetar durante horas en las llamas o saltar a las alambradas eléctricas y morir electrocutado, benditamente le fue salvado a Wiesel: porque… "A nuestra columna sólo le faltaban unos quince pasos. Yo me mordía los labios, para que mi padre me oyera el castañetear de mis dientes. Faltaban diez pasos. Ocho, siete. Marchábamos lentamente, como detrás del coche fúnebre de nuestro propio entierro. Sólo faltaban cuatro pasos. Tres pasos. Estaba ahora bien cerca la fosa con sus llamas. Reuní todas mis fuerzas, para escapar de las filas y tirarme en las alambradas. En lo profundo de mi corazón, me despedía de mi padre, de todo el universo, y sin querer se formaban palabras y surgían como murmullo de los labios: Yitgadal veyitkadach chmé raba... Su nombre sea elevado y santificado. Mi corazón estaba por estallar. Había llegado el momento. Estaba ante el ángel de la muerte... No. Dos pasos antes de la fosa nos ordenaron volvernos atrás, y se nos mandó entrar en una barraca‖ 229 ... Hemos visto que aún después de la guerra circulaban en la propaganda, además de las cámaras de gas, varios otros métodos de matanza. Una de ellas 229 WIESEL Elie, La Nuit, Editions de Minuit, 1958, p. 57-60. 156