para el nacionalsocialismo alemán. Por ello, resulta una ofensa al sentido común leer todas las idioteces de los gaseamientos con monóxido de carbono de motores a diesel, la utilización de agua hervida, los asesinatos en masa con corriente eléctrica o el uso del insecticida Zyklon B en las cámaras de gas- universalmente aceptados por los crédulos cristianos- para gasear judíos, teniendo los alemanes esos peligrosísimos y efectivos neurogases
Entonces: ¿ Cuáles son las pruebas para el asesinato de 600.000 judíos en Belzec”?
No existe ni un solo documento alemán sobre esto – responde Graf- es que los nacionalsocialistas daban sus órdenes de asesinato sólo oralmente. No se hallaron fosas comunes- es que los nazis cremaban los cadáveres. Del mismo modo la ceniza de los 600.000 asesinados desapareció- es que los nazis dispersaron las cenizas. De las cámaras de gas no subsistió ni una piedrita- es que los nazis hicieron volar las cámaras de gas y eliminaron los escombros. En la estadística de Arolsen; donde por ejemplo, el campo de concentración con exactamente 5.780 casos probados de muerte, falta totalmente Belzec- es que los muertos no se registraban en ninguna parte. Tampoco hay testigos oculares sobrevivientes- es que uno solo de los 600.000 judíos internados en el campo habría sobrevivido, un tal Rudolf Reder, que murió en algún momento por los años sesenta. Como se observa, una mentira tras otra. Una justificación absurda tras otra. Y, ninguna prueba aportada.
Por ello Jurgen Graf será enérgico al afirmar: ―¡ Todo un absurdo, otro absurdo y nada más que un absurdo, como todo el cuento del holocausto!‖
Pero, las ficciones no terminan aquí. Una irracional mentira es seguida por otra inadmisible ficción. En 1968 En Legends of Our Time( New York, 1968, Elie Wiesel, notable e influyente sionista, escribió: ― Cada judío debería guardar, en algún lugar de su corazón, una zona para el odio, ese odio sano, varonil contra todo aquello que representa el alemán y que forma parte de la esencia de lo alemán. Todo lo demás seria traición a los muertos ‖ 228. No hace falta
228 GRAF, Jürgen, El Holocausto … Ob. Cit. p. 58 155