( Ygal Amir), líder del grupo supuestamente infiltrado. El grupo y el asesino estuvieron permanentemente vigilados y fueron manipulados en ambos casos por Shin Beth.
9. Ygal Amir, antes de asesinar a Rabin, tuvo una amplia experiencia en cuestiones de seguridad y de política exterior( había estado oficialmente en Lituania como funcionario del Estado judío adoctrinando a futuros emigrantes soviéticos a Israel). El grupo fundamentalista que llegó a liderar Ygal Amir había sido organizado y generosamente financiado por el " agente provocador " del Shin Beth, Avishay Raviv, un hombre de la máxima confianza de la cúpula del contraespionaje israelí.
10. Los Atentados de Buenos Aires están claramente anclados en la estrategia mesiánica del fundamentalismo judío( Tierra de Israel versus " Estado " de Israel) y en el juego dual del contraespionaje del Shin Beth. Pero la diplomacia de Israel, el Mossad y el lobby judío en la Argentina tuvieron reflejos rápidos, en especial después de la implosión en la AMIA: desviaron el proceso hacia el " terrorismo árabe " y hacia una supuesta " conexión interna " estrictamente argentina y continuadora del " Holocausto sudamericano ". Con ello ganaron la primera batalla de una guerra psicológica y física con la Argentina. Esa batalla perdida por la Argentina tuvo dos frentes:
1. Desviar la atención de la opinión pública internacional de las fracturas internas que azotan a los aparatos del Estado y a la sociedad israelí, hacia el " nazismo criollo " argentino, el peronismo …
2. Evitar que las investigaciones policiales y judiciales dentro de la Argentina derivara hacia los grupos judíos fundamentalistas radicados en ese país, y encontrara en ellos la verdadera " conexión local " 186.
186 El grupo Luvabich, por ejemplo, posee escuelas " rabínicas-militares ", similares a las
concurridas por el asesino de Rabin y otros cientos de miles de jóvenes " soldados de Israel " en todo el mundo. Dentro de la comunidad judía en la Argentina, al igual que en la totalidad de la diáspora, existen fuertes tensiones. El 4 de enero de 1998, el presidente de la AMIA declaró en Tel Aviv: " Lamentablemente no encuentro que el tema de los atentados( de Buenos Aires) ocupe su debido lugar en la opinión pública( israelí), pero especialmente en la preocupación de los organismos oficiales del Estado de Israel … no existe un gran aporte de los servicios de 123