Jesús O El Srecreto Mortal de los Templarios | Page 283

del atrio de Notre-Dame , a fin de dar lectura pública a tas confesiones y a la sentencia final .
Hacen subir a ella a los templarios , y se les manda arrodillarse . Uno de los cardenales toma la palabra y empieza la lectura . Cuando pronuncia la sentencia , que condena a Molay y a sus hermanos a cadena perpetua , es decir , a ser « encerrados a perpetuidad », teniendo como único alimento « el pan de dolor y el agua de tribulación », los representantes de Felipe el Hermoso se sobresaltan .
Se había precisado que dicha gracia era consecutiva al hecho de haber « confesado ingenuamente sus faltas ». Pero en ese instante , y cuando menos se lo esperaban los jueces , el gran maestre y el comendador de Normandía se levantaron , y , cortándole la palabra al cardenal , y dirigiéndose tanto a la comisión inquisitorial como a la multitud , declararon que todo lo que habían confesado en sus interrogatorios era falso . Sostuvieron que habían admitido dichas confesiones tan sólo por deferencia y confianza hacia el papa y el rey , quienes , a cambio de esas confesiones , les habían prometido la libertad , y protestaron enérgicamente contra la sentencia de los cardenales , principalmente contra el arzobispo de Sens , Felipe de Marigny , y los acusaron a todos de hacer caso omiso de la palabra del papa y del rey .
Es fácil comprender los motivos del cambio de opinión de Molay y de Charnay . Las confesions no les costaban nada , en cambio la libertad lo era todo . La libertad representaba , primero , la reanudación , luego la prosecución , y , quién sabe , quizás la realización de la gran empresa templaría . Y ahora , no quedaba nada de la libertad . Y en su lugar había algo mucho peor que la muerte : la lente descomposición , física y moral , en una mazmorra , encadenado a un muro a veces chorreante , solo , en semioscuridad , y en medio de un silencio más pesado que el de una tumba . Y sólo quedaba una esperanza : una muerte liberadora , precipitada por la desnutrición y la disentería crónica . Para ese anciano que era Molay ( contaba ochenta y un años ), que no esperaba ya nada de la vida , lo mismo que para Charnay , que se le acercaba mucho en edad , la elección estaba hecha . La mazmorra podía durar años . En cambio , los ejemplos y la costumbre demostraban que el hecho de desmentir las confesiones y retractarse acarreaba ipso facto la muerte en la hoguera . Dolo-rosa , cierto , pero breve a pesar de todo , y , a fin de cuentas , mucho menos terrible que irse pudriendo lentamente en el secreto de un calabozo tenebroso , cuando fuera la vida se exalta llena de luz para tantos otros seres .
Para Molay y para Charnay la decisión está ya tomada . Sus miradas se han cruzado cuando ha sido pronunciada la frase fatídica , y se
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