significa prensa de aceite . Pues bien , es evidente que hay pocas posibilidades de que ésta pudiera albergar y ocultar a un grupo tan numeroso como el que acompañaba a Jesús ( sólo los apóstoles y los discípulos representaban ya , sin nadie más , un centenar de hombres ). Por lo tanto había allí otra cosa , y esa « otra cosa » nos va a precisar qué era un antiguo evangelio apócrifo . En el Evangelio de los Doce Apóstoles ( que Orígenes consideraba más antiguo que aquel « según Mateo ») hay un fragmento catalogado como 4 bis en la traducción del doctor Revillout , conservador del Louvre . Y en ese fragmento , que ha llegado a nosotros muy mutilado , se nos precisa que en los Olivos « estaba la casa de Irmeel , que era donde él vivía » ( op . cit .).
De hecho , no se trata de Irmeel , sino de lerahmeel , nombre hebreo que significa « Amado por Dios » ( cf . Diccionario rabínico de Sander ).
Sin duda , ese hombre era secretamente partidario de los guerrilleros zelotas , y les ayudaba lo mejor que podía , albergándolos , ocultándolos y dándoles provisiones . Pero en ese caso , la existencia de semejante dominio , en el que estaba incluida la prensa de olivas , justificaba el hecho de que Pilatos hubiera hecho tal despliegue de tropas : una cohorte , es decir , seis centurias de veteranos , mandada por su tribuno ( que tenía rango de cónsul ), y a la que se había añadido un destacamento de soldados del Templo en número proporcional . Si evaluamos en unos doscientos a estos últimos , y sumamos los seiscientos de la cohorte , no estamos lejos de los ochocientos combatientes .
¿ A quién se le haría creer que ese pequeño ejército no tenía otro objetivo que la detención de un iluminado inofensivo que pretendía ser « hijo de Dios », y que predicaba simplemente el perdón de las ofensas y el amor universal ? Si todavía nos quedaran dudas , nos bastaría con releer este pasaje del Evangelio de los Doce Apóstoles ya citado , que nos revela ( aunque involuntariamente , sin lugar a dudas ), que se produjo realmente un combate entre judíos y romanos , antes de que dicha batalla acabara con la captura de Jesús , jefe oficial del movimiento zelota , finalmente abandonado por los suyos :
« Pilatos se acordó ... Fijó su atención en el centurión que estaba en pie a la puerta de la tumba , y vio que tenía un solo ojo ( porque le habían saltado el otro durante el combate ), y que lo tapaba con su mano todo el tiempo , para no ver la luz ...» ( Evangelio de los Doce Apóstoles , 15 .° fragmento ).
Observaremos que ese centurión no había perdido un ojo en un combate , sino en el combate , y que la herida era muy reciente . Ahora bien , aunque se pueda reprochar a los Evangelios apócrifos sus excesos en el plano de lo sobrenatural y de los milagros , no se pueden pasar por alto detalles tan sencillos e inocentes . Una cosa así no se inventa , y es más concebible la presencia de un tuerto así y en tales cir-
221