García de Quiñones y Manuel Antonio Salgado. El 1 de
junio de 1751 se comienzan las obras en la casa del Consistorio. En 1752 el tallista Antonio Moreno ya esculpía
los escudos, capiteles, florones y demás tallas.
El 5 de febrero se finalizaban en el balcón consistorial las
figuras de los dos mancebos que sostienen los atributos de
justicia, ambos tallados por Gregorio Carnicero (hijo del
tallista Alejandro Carnicero). El resto de escudos y blasones de las casas y organismos públicos de este Pabellón
no tuvo tallistas de renombre. Para realizar los balcones
se hizo un contrato especial con herreros. El 29 de abril
de 1755 se acabó de construir la última casa que cerraba
la Plaza en el Arco de Toro y la escalerilla de Pinto que
engarza el Pabellón Consistorial con el Real. Con ello se
puede concluir que, descontados los años de pleitos que
hubo entre medias, la plaza se hizo en un periodo de
tiempo neto de diez años.
La espadaña de la Casa Consistorial, se erigió casi un siglo después, concretamente en 1852 con el proyecto del
arquitecto municipal Tomás Cafranga. Existe un grabado
de 1840 donde se puede observar la falta de espadaña en
la Casa Consistorial. Sobre ella aparecen cuatro figuras
alegóricas identificadas con: la Agricultura, el Comercio,
la Industria y la Astronomía (todas ellas en lugar de obeliscos). Fueron talladas por un profesor de dibujo de la
Escuela de Nobles y Bellas Artes de San Eloy llamado
Isidoro Celaya. Se erigió la espadaña y en sus tres huecos
se dispusieron cuatro campanas fundidas por Salvador
Raurell (de nombres: romana, satinay, bentula, esquilonada).
Se puso a sus pies la esfera de un reloj tipo Morez. Sobre
la cúspide