ron los ornamentos de los Arcos Mayores de San Pablo,
San Martín y San Fernando (en especial la hojarasca que
aparece rodeando la lápida). Serán responsables de tallar
los escudos reales y de la ciudad que se encuentran en la
parte trasera del Pabellón Real (mirando a la actual Plaza
del Mercado). Algunos de los tallistas mencionados son
Manuel de Valladolid (desde febrero de 1732) y su ayudante Roque del Moral.
Entre la nómina de los carpinteros aparece como destacado: Bartolomé de Coca.25 Perteneciente a una estirpe de
carpinteros salmantinos vinculados a las obras del Ayuntamiento. Su hijo José de Coca permanecerá en la obra de
la Plaza durante la segunda fase de la misma. La labor de
Bartolomé era la de seleccionar, tasar, medir la madera
destinada a los andamiajes. Los oficios de aserradores
eran los encargados de cortar y asentar las vigas y tablones. Otros carpinteros se encargaban de las puertas y ventanas, se solían encontrar bajo contratas especiales.
Similares contrataciones ocurrieron con las obras de herrería y de cerrajería. Las labores y tareas de estos últimos
iban desde la composición y mantenimiento de las herramientas empleadas por canteros y carpinteros, hasta la de
proporcionar clavazón, cerraduras y demás instrumentos
bajo demanda de la obra. Dentro de las labores de rejería
se encuentra la especialidad de elaboración de balaustradas de los balcones de hierro.