24 Pedro Fernández de Retana
— Es decir , nos encargaremos de patear el avispero — comenta jocosamente uno de los pilotos tras saber cuál va a ser su papel .
— Conocemos el trayecto de memoria y eso nos permite volar a cien metros sobre el terreno , a una velocidad de cuatrocientos setenta y cinco nudos — prosigue el mayor —. Hay que aprovechar el factor sorpresa para llegar rápido hasta Damasco y , cuando estemos a cuatro millas del objetivo , subimos a mil metros dividiéndonos en tres grupos . Uno se encargará de agujerear la pista , otro de los barracones y el tercero de los aviones que estén en las plataformas o escondidos en los refugios . Los capitanes Yaron y Shlomo se quedarán vigilando a tres mil metros , por si se acerca algún bandido .
—¿ Y qué pasará cuando nos reciban con andanadas de misiles tierra-aire ? — pregunta Yaron .
— Tenemos localizadas las ubicaciones de los SAM , cohetes antiaéreos , desde la frontera hasta la capital . Hay que volar bajo , rápido y en zigzag . Nunca más de tres segundos en línea recta . Yo iré delante — confirma el mando del escuadrón —. Cuando rompamos la formación , a cuatro millas del objetivo , lideraré el grupo que se encargará de destruir los aparatos posicionados en la rampa oeste .
—¿ Cómo regresaremos a casa ? — interrumpe un teniente .
— Tras terminar la labor en Damasco , ascenderemos lo antes posible a diez mil metros y volaremos de tres en tres , separados dos millas unos de otros , manteniendo siempre contacto visual . Los Phantom del sesenta y nueve nos cubrirán las espaldas y , en la zona del Golán , la artillería disparará sobre cualquier batería que pretenda abrir fuego contra nosotros — apostilla el mayor .