22 Pedro Fernández de Retana
Le acompañan en su despacho el ministro de Defensa Moshé Dayán , el hombre del parche en el ojo cuya mirada de cíclope atraviesa paredes , y David Elazar , general jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel . Cada uno de ellos sostiene posturas discrepantes frente a la matriarca del país , que muy seria les observa y escucha en silencio . El reloj corre en contra de los hebreos y la discusión se acalora . Moshé Dayán aboga por una llamada parcial de los reservistas y mantenerse a la espera de acontecimientos . Su discurso se basa en que los americanos dudan mucho de un ataque árabe inminente , a pesar de los datos aportados por el Mossad , que lo fecha para las seis de la tarde . Por su parte , el general David Elazar demanda la movilización total junto con un bombardeo inmediato de las bases sirias y egipcias . La clave es ejecutar una operación preventiva frustrando cualquier posible embestida enemiga antes de que sea demasiado tarde . La mejor defensa es la ofensiva ; « Ellos o nosotros » es el primer mandamiento del ideario judío . Golda Meir , con los ojos cerrados , analiza pensativa lo que dicen ambos interlocutores . La mujer de pelo canoso y pronunciada nariz tiene sobre sus espaldas la responsabilidad de declarar la guerra a sus nada amigables vecinos . Es consciente de que , si toma la decisión de arrojar la primera bomba , Israel va a aparecer ante el mundo como un arrogante agresor , con el riesgo de que Estados Unidos le niegue la necesaria ayuda bélica una vez desatado el conflicto . En cambio , un ataque conjunto de egipcios y sirios por dos flancos , sumando una posible intervención jordana , será muy difícil de frenar para las tropas regulares si no se llama inmediatamente a todos los reservistas de la nación . Sabedora del peligro , la primera ministra decide evacuar a las mujeres y niños del Golán , ordena una movilización parcial y