El comercio entrevista con Rafael Correa
¿Su
triunfo no es acaso un mandato para que esos partidos acepten los cambios?
No solo eso sino también el voto nulo para diputados en octubre 15, que también fue una opción a
favor de la asamblea.
Pero los diputados hacen caso omiso de
eso y pretenden que la ciudadanía se
someta a ellos y no a la inversa.
¿Varios legisladores se muestran
abiertos al diálogo?
No somos insensatos, somos conciliadores
y reconocemos que hay legisladores
valiosos. Pero no hay cómo negar que la
institucionalidad del Congreso se ha
desgastado y que no representa a nadie.
Nos podemos sentar a conversar sobre
muchas cosas, pero no vamos a claudicar en la asamblea.
¿No le asusta la experiencia de Bolivia donde la asamblea se estancó?
Hablemos mejor del Ecuador o de otros países donde esta idea ha marchado muy bien, como en
Colombia o Venezuela.
Pero la experiencia ecuatoriana no es muy buena...
Es que hay que ver quienes dominaron la Asamblea de 1997. Entonces la nueva Constitución fue el
parto de los montes,
porque no fue nueva sino remozada. Pero eso te demuestra que podemos tener una asamblea sin
cerrar el Congreso.
Esa posibilidad de Congreso y asamblea al
mismo tiempo ¿cómo funcionaría?
Mientras funciona la asamblea el Congreso ve
limitada sus funciones. Por ejemplo, solo fiscaliza
o legisla determinados
cuerpos legales. Pero no se trata de clausurar,
aquí ha habido mucha mala fe de los periodistas.
Yo le puedo mostrar citas de periodistas que
preguntan a terceros '¿qué piensa sobre la
amenaza de Correa de
cerrar el Congreso?'.