Una nota sobre Benjamin Graham
por Jason Zweig
¿Quién era Benjamin Graham, y por qué debería usted prestar
atención a lo que dijo?
Graham no sólo fue uno de los mejores inversores que han
existido jamás, también fue el mejor pensador práctico sobre inversiones
de toda la historia. Antes de Graham, los gestores de patrimonio se
comportaban de una forma muy similar a la de los gremios medievales,
guiados básicamente por la superstición, las suposiciones y por rituales
incomprensibles. La obra de Graham Security Analysis fue el libro de
texto que transformó este círculo enmohecido en una profesión
moderna.1
Por su parte, El inversor inteligente fue el primer libro en el que se
describió, para los inversores individuales, el marco emocional y las
herramientas analíticas esenciales para el éxito financiero. Sigue siendo,
individualmente considerado, el mejor libro sobre inversión que se ha
escrito para el público general.
El inversor inteligente fue el primer libro que leí cuando empecé a
trabajar para la revista Forbes como aprendiz de reportero en 1987, y me
sorprendió la certeza con la que Graham afirmaba que antes o después
todos los períodos alcistas de mercado acaban de mala manera. En
octubre de aquel año las acciones estadounidenses sufrieron su peor
crisis en una sola jornada de la historia, y me enganché a las teorías de
Graham. (Hoy en día, después del período exuberantemente alcista de
finales de 1999 y de la brutal recesión que comenzó principios de 2000,
las afirmaciones de El inversor inteligente parecen más proféticas que
nunca).
Graham adquirió sus conocimientos por las malas: vivió en
primera persona la angustia de la pérdida financiera y estudió durante
décadas la historia y la psicología de los mercados. Nació en Londres el
9 de mayo de 1894, con el nombre de Benjamin Grossbaum; su padre era
comerciante de platos y figuras de porcelana.2 La familia se trasladó a
1
Escrito en colaboración con David Dodd y publicado por primera vez en 1934.
Los Grossbaums cambiaron su nombre a Graham durante la Primera Guerra Mundial, cuando los apellidos de
origen germano provocaban suspicacias.
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