inversiones inteligentes 1 | Page 22

EL INVERSOR INTELIGENTE de las cotizaciones, podría parecer comparativamente sencillo mejorar la media; sin embargo, es un hecho que la proporción de personas inteligentes que tratan de lograr ese resultado y que fracasan es sorprendentemente grande. Incluso la mayoría de los fondos de inversión, con todo su personal experto, no han obtenido unos resultados tan brillantes a lo largo de los años como el mercado general. En combinación con lo que acabamos de decir están los resultados de las predicciones publicadas del mercado de valores elaboradas por las agencias de bolsa, respecto de las cuales hay elocuentes pruebas de que sus previsiones, basadas en complejos cálculos, han sido menos fiables que si las hubiesen elaborado limitándose a lanzar una moneda al aire. A la hora de escribir este libro hemos tratado de tener presente esta trampa básica de la inversión. Se han destacado las virtudes de una política de cartera sencilla, la adquisición de obligaciones de gran categoría en combinación con una cartera diversificada de las principales acciones ordinarias, que cualquier inversor puede poner en práctica con escasa colaboración de expertos. Las incursiones más allá de este territorio seguro y firme se han presentado como si estuviesen llenas de dificultades desafiantes, sobre todo en el área del temperamento. Antes de lanzarse a una incursión de ese tipo, el inversor debería estar seguro de sí mismo y de sus asesores, en especial a la hora de determinar si tienen una clara concepción de las diferencias existentes entre la inversión y la especulación y entre el precio de mercado y el valor subyacente. Un método sensato y racional de inversión, firmemente basado en el principio del margen de seguridad, puede generar sustanciales beneficios. No obstante, no se debe adoptar la decisión de tratar de obtener unos rendimientos sustanciales, en vez de tratar de obtener los frutos garantizados de la inversión defensiva, sin haberse sometido a un profundo examen de conciencia personal. Un último pensamiento en retrospectiva. Cuando el joven auditor empezó a trabajar en Wall Street en junio de 1914 nadie tenía ni la más remota idea de lo que nos esperaba en el siguiente medio siglo. (El mercado de valores ni siquiera sospechaba que, en un plazo de dos meses, iba a estallar una guerra mundial que acabaría cerrando la bolsa de valores de Nueva York). En el momento presente, en 1972, Estados Unidos el país más rico y poderoso de la tierra, aunque esté asolado por todo tipo de problemas importantes y aunque su confianza sobre el futuro flaquee. Sin embargo, si limitamos nuestra atención a la experiencia de inversión en Estados Unidos, se puede extraer una cierta tranquilidad de ánimo del estudio de los resultados de los últimos 57 años. A través de todas las vicisitudes y problemas, tan perturbadoras como imprevistas, no ha dejado de ser cierto que los principios de 24