Instituto Mexicano de Economía del Comportamiento CONTRIBUCIONES CONTRA LA CORRUPCIÓN | Page 5

Es por ello que una mayor comprensión de qué reformas o medidas podrían ser efectivas para reducir el nivel de corrupción podría beneficiar de manera cuantiosa a dichos países. Existen una importante cantidad de investigaciones teóricas y empíricas sobre la corrupción, sus causas y conse- cuencias. Sin embargo, la corrupción bajo la perspectiva de la Economía del Comportamiento es un campo rela- tivamente reciente y está aún en pleno desarrollo. No obstante, la Economía del Comportamiento en el estudio de la Corrupción, nos permite analizar y extraer conclusiones del comportamiento de los individuos a la hora de tomar decisiones. Desde cuáles son los incentivos que forman parte de la decisión, hasta qué factores son tenidos en cuenta cuando se decide llevar a cabo una actividad corrupta. Los experimentos en corrupción suelen tener una estructura similar, aunque por supuesto, existen múltiples vari- antes dependiendo del objeto de cada estudio. Generalmente hay un mínimo de dos jugadores, un jugador en el papel de empresa o ciudadano que requiere un servicio o trato de favor (o sobornador) y un funcionario público en un cargo con una responsabilidad suficiente como para poder proporcionar ese trato de favor (sobornado). El funcionario público puede implicar desde un alto cargo político que favorece la firma de un contrato público a una empresa sólo por favoritismo a un funcionario de bajo cargo que puede aligerar o agilizar un proceso burocrático, como la expedición de un pasaporte saltándose las reglas establecidas para tales fines. Sin embargo, una gran cantidad de experimentos también incluyen una tercera figura que representa a la víctima de los actos corruptos, como bien podría ser un ciudadano corriente, o una empresa a la que no se le adjudica un contrato público a pesar de ofertar las condiciones más ventajosas que incrementarían el bienestar social. La dinámica más repetida en este tipo de experimentos, se divide en dos etapas. En la primera, el ‘sobornador’ decide si ofertar un soborno o no al funcionar público; y en el primero de los casos decidir qué cantidad de su asignación inicial ofertar. En la segunda etapa el funcionario toma dos decisiones: aceptar o no el soborno, y si es aceptado devolver el favor a su sobornador o no mediante la toma de la acción corrupta. Este capítulo se estructura de la siguiente forma: en la siguiente parte, se van a abordar aquellos estudios que encuentra la corruptibilidad individual relacionada a atributos individuales o bien característicos a un grupo es- pecífico de individuos, como puede ser la cultura. Debido a la naturaleza intrínseca de dichos atributos, resulta raramente difícil modificar los niveles de corrupción que conllevan. La tercera sección se va a enfocar en aquellos estudios que sí aportan una implicación política para evaluar si su implementación resultaría efectiva o no para reducir los niveles de reducción. Ejemplos de algunas de estas políticas son el principio de los cuatro ojos o los mecanismos de control y detección. La cuarta sección tratará sobre otras aplicaciones y hallazgos de interés que si bien no presentan implicaciones políticas claras, sí presentan hallazgos relevantes desde el punto de vista de economía del comportamiento. La quinta sección presenta una exposición del debate sobre la validez externa de experimentos en corrupción, que si bien es un debate inherente a casi todo experimento económico, toma mayor relevancia dada la naturaleza del tema estudiado. La última sección presenta unas breves conclusiones del capítulo en general.