Informe sobre antisemitismo en la Argentina 2015
17
o los judíos en general. Dentro de esta categoría se incluyen las siguientes afirmaciones:
– Niegan el derecho a la existencia del Estado de Israel. Esto
implica la expresa propuesta de desaparición del Estado de
Israel como tal, exigencia jamás sugerida hacia otras naciones
en conflicto. De este modo, se niega la conexión históricopolítica ininterrumpida de la i dentidad del pueblo judío, con
ese territorio. Identidad legitimada por la Organización de las
Naciones Unidas a partir de mayo de 1948.
– Homologan con la Shoá las acciones políticas llevadas a cabo
por el Estado de Israel en sus fronteras. Consideramos estas
afirmaciones una tergiversación histórica-política y una simplificación analítica y lineal de lo que allí sucede. Es irresponsable
no reconocer los constantes ataques terroristas a los que está
sometida la población del Estado israelí y en relación a esto, su
derecho a la legítima defensa.
El Holocausto judío, paradigmática versión de la violación
sistemática a los derechos humanos, reunió características de
peculiaridad que, lejos están de observarse en el actual conflicto
en Medio Oriente. La persecución, la masiva aniquilación de
casi toda la comunidad judía europea, y la consumación final
del genocidio en las cámaras de gas, trascendieron las intencionalidades políticas, instalando en su lugar un proyecto de
superioridad biológica racial.
Las generalizaciones y el maniqueísmo puesto al servicio de
la sobreutilización de la Shoá, aplicado pura y exclusivamente
a este conflicto, y no así a otras disputas y relaciones de fuerza,
esconde una intencionalidad antisemita. Pareciera exigírsele, de
esta forma, al pueblo judío, una moralidad particular por haber
sido sujeto y destino de un plan genocida.
– Identificar a todos los judíos como portadores de la nacionalidad
israelí. Sin lugar a dudas, el Estado de Israel se constituye en
el centro espiritual del pueblo judío; aspiración que desde una
mirada prejuiciosa y antisemita, se interpreta como una ambivalencia identitaria, o lisa y llanamente, como doble lealtad.