DESARROLLO
La desigualdad de los pueblos indígenas es un caso que se ha ido olvidando con el paso del tiempo, sin embargo, es un problema que azota a muchos individuos en nuestro país. El Coneval reconoce que aproximadamente el 74% de la población indígena está en situación de pobreza, el 17.5% no sabe leer y el 18% no cuenta con techos de materiales durables. (Ortega, 2020)
El conjunto de los datos anteriormente mencionados solo son una pequeña prueba de la situación por la que pasan estas personas que, aunque el estado tiene la “intención” de integrarlos, el país creó su gobierno en base a un modelo clasicista, en nuestro país el racismo y el clasismo están vinculados históricamente, en el que pensaban que los intereses del grupo dominante eran la prioridad y, por ello, la exclusión de los grupos indígenas en muchos factores (Nexos, 2019).
Las desigualdades estructurales se reproducen según sea la discriminación otorgada a estos pueblos. Debido a que, en un principio, fueron vistos como una amenaza por los colonizadores al ser portadores de una cultura totalmente distinta, desencadenando ese pensamiento de generación en generación (Gall, 2004, citado por Horbath, 2013).
La vulnerabilidad de los pueblos étnicos se ve claramente en la situación actual de estos, sus carencias son prueba de la desigualdad implementada a estos sectores: el 64% de las viviendas cuentan a agua entubada, el 83.1% cuenta electricidad, el 43.7% tienen piso de
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La desigualdad en la cotidianidad de sus vidas
tierra, el 62.4% de esta población aún se cocina con leña, , el 56.9% de las viviendas no tienen drenaje. En cuanto al empleo el 22.2% ganan de uno a dos salarios mínimos (Guerra, 2005 y Fernández; et al, 2006, citado por Rosas, 2007).
En el aspecto educativo esta población se encuentra en niveles de desarrollo humano inferiores a no sólo los del país, sino también del mundo, ya que influyen muchos factores en la deficiencia de la calidad educativa. La marginación de sus viviendas influye de igual manera en la accesibilidad que tienen estos individuos de poder continuar sus estudios, además de que propician la inasistencia a clases por ese problema. Los niños pertenecientes a estas comunidades al estar expuestos a estos factores disminuye su rendimiento académico contribuyendo a la repetición de un ciclo escolar e incluso al abandono del mismo (Trivelli, 2008).