INFILTRACIÓN MUNDIAL - SALVADOR BORREGO E. Infiltración Mundial (Salvador Borrego E.) | Page 38
lvanovich Sikorski"; Junkers comenzó a entrenar personal ruso para su fábrica y
estableció a fines de 1922 la primera ruta aérea de la URSS, entre Moscú y Gorky,
y luego entre Moscú y Kiev.
Cerca de Voronesch, peritos alemanes organizaron la escuela “Lipenke" para
pilotos y mecánicos. Allí se entrenó una escuadrilla rusa bajo instructores
germanos.
Otros peritos alemanes organizaron una academia de tanques en Kazan, sobre el
río Volga.
Entretanto, ingenieros y peritos alemanes llegaban a Leningrado y Nikolaiev a
montar astilleros para la construcción de barcos de guerra y submarinos.
Las fábricas rusas de explosivos en Tula y Zlatoust fueron reorganizadas y
modernizadas por expertos alemanes.
Todo parecía indicar que el Ejército Alemán estaba burlando las asfixiantes
limitaciones que le imponía el Tratado de Versalles y que las fuerzas armadas
alemanas se vigorizarían en sus nacientes bases sobre suelo soviético.
Simultáneamente, Moscú había "concedido" 68 concesiones a empresas
alemanas para que montaran plantas en la URSS y produjeran una gran
diversidad de artículos. En Alemania se decía que todo eso aliviaría el desempleo
y fortalecería a la industria y a la economía alemanas.
Las fábricas Krupp enviaron gran cantidad de maquinas agrícolas para explotar los
campos rusos al norte del Cáucaso.
La constructora de máquinas y vagones “Linke-Hofmann” llevó capital y técnicos a
la URSS para aprovechar el campo de expansión que se le abría. Las fundiciones
Wolff, de Colonia, hicieron otro tanto.
Pero el espejismo de qué la URSS había cambiado, de que estaba rectificando, de
que Alemania podría beneficiarse del pacto de "amistad y comercio", comenzó a
esfumarse al cabo de tres años. En 1925 la URSS empezó a anular concesiones,
al paso que las nuevas plantas empezaban a funcionar y que personal soviético
aprendía lo indispensable de los técnicos alemanes.
A Junkers se le habían "garantizado" treinta años para su fábrica de aviones cerca
de Moscú, pero a los tres años perdió todo lo que había invertido. Algo semejante
fue ocurriéndoles a los demás industriales e inversionistas.
En cuanto al Ejército Alemán, creó peritos rusos de tanques en Kazan, pilotos en
Voronesch, constructores de barcos en Leninqrado v Nicolaiev, así como
numerosos oficiales de Estado Mayor, pero a cambio de todo eso no obtuvo nada.
La URSS no cumplía sus convenios ni sus promesas y el débil gobierno alemán
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