INFILTRACIÓN MUNDIAL - SALVADOR BORREGO E. Infiltración Mundial (Salvador Borrego E.) | Page 35
Entretanto. la URSS
entraba en su cuarto año de vida en situación caótica. Como el régimen marxista
es de extrema represión, no puede elevan la productividad, la cual sólo crece bajo
el estímulo de la propiedad privada, del disfrute del propio trabajo y de las
garantías de libertad. La función específica del marxismo es dominar, no producir.
Esto último lo hace en segundo lugar, siempre supeditado a que la dominación de
todos los sectores sociales sea total, inapelable.
Un régimen así no puede aflojar los controles represivos porque entonces pierde
el poder. En consecuencia, el comunismo se sostenía en el Kremlin, pero la
producción se había desplomado en todo el país y una terrible crisis económica
asfixiaba al pueblo. El número de muertos por hambre y desnutrición se calculaba
en 1921 en cinco millones, sin contar los cientos de miles de rusos aniquilados en
las "purgas" masivas para romper la oposición.
Ciertamente Lenin y los miles de marxistas no rusos que junto con él constituían el
régimen soviético, tenían firmemente el poder en sus manos, pero la URSS era un
país de analfabetos, sin técnicos, con débil y anticuada industria, que no se
bastaba a sí misma, ni era una potencia como la que habían soñado para
implantar el comunismo en todo el orbe, según el plan de la Revolución Mundial.
Para que la URSS saliera de su postración se, necesitaba la ayuda extranjera; de
Alemania, por ejemplo, que era el vecino más próximo y el más fuerte. La ayuda
alemana era imposible si se planteaba corno ayuda a la URSS, pero esta
imposibilidad podía burlarse mediante la Infiltración en sus dos fases: la física y la
mental.
Karl Radek y Leonid B. Brassin, del grupo no-ruso instalado en la cúspide del
régimen soviético, se trasladaron a Berlín. (Redek había sido el cabecilla de la
fallida revolución violenta de Alemania, en 1919). Ambos agentes hicieron
contacto con los generales alemanes Kurt Von Scheleicher (jefe del Departamento
de Asuntos Políticos de las fuerzas armadas alemanas) y el general Von Seeckt,
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