INFILTRACIÓN MUNDIAL - SALVADOR BORREGO E. Infiltración Mundial (Salvador Borrego E.) | Page 255
como utópico (aunque en realidad era perverso) el informe de que eliminando a
Hitler se lograría que Roosebelt y Churchill combatieran al lado de Alemania
contra el comunismo. Pero Rommel lo creyó y accedió a colaborar con el Dr.
Goerdeler. Los encubiertos no consideraban a Rommel como uno de los suyos, ni
estaban interesados en llevarlo a un alto puesto. Sólo querían minarle sus
capacidades de lucha y escudarse detrás de su prestigio para la fase inicial del
golpe de Estado.
Es incalculable el grado hasta el cual la capacidad de lucha de Rommel fue
afectada por el estrabismo político que sufrió. Desde luego, en vísperas de la
invasión retenía las divisiones blindadas 2ª y 116ª con vistas al planeado golpe de
Estado. Su atención estaba dividida por mitades: una para atender el frente de la
inminente invasión y la otra para atender el golpe que se preparaba a fin de
quitarle el mando a Hitler. Rommel no era partidario de que se le matara y este
propósito se lo ocultaron los encubiertos.
La situación en el nuevo frente que iba e abrirse era moralmente desfavorable en
los altos escalones del mando, como lo quería el grupo secreto.
El servicio de espionaje alemán (que tiempo antes estuvo a cargo de Canaris)
había sido absorbido par la Gestapo. Y en esa función se conservó como jefe de
sección al coronel Hansen. Este parecía ser hostil a Canaris, pero en realidad era
cómplice suyo, de tal manera que nada se averiguó respecto al sector donde se
iniciaría la invasión aliada.
Hitler insistía en que la invasión ocurriría al sur de la desembocadura del río Sena,
en Normandía. Von Rundstedt y otros estrategos creían que la invasión sería al
norte del río, por lo cual las principales fuerzas se habían situado en la zona del
Paso de Calais, en la parte más angosta del Canal de la Mancha. Rommel
coincidía con la sospecha de Hitler, pero se hallaba distraído con los planes del
golpe de Estado y no se ocupó de gestionar que rápidamente fueran trasladadas
fuerzas del norte del Sena al sur del Sena.
El general Erich Marcks, comandante del 84º Cuerpo de Ejército, hizo un
minucioso estudio según el cual la invasión ocurriría entre Cherburgo y Caen, al
255