INFILTRACIÓN MUNDIAL - SALVADOR BORREGO E. Infiltración Mundial (Salvador Borrego E.) | Page 23
El secretario Dickhoff Daehrenthal y su muier, no-rusos, que se habían fingido
partidarios y servidores de Savinkov y que lo habían alentado a regresar a la
URSS, se quedaron sirviendo al régimen comunista. Ambos cumplieron
hábilmente su misión de infiltrados cerca de Savinkov.
Otro caso notable fue el de Sydney Reilly, nacido en Rusia y nacionalizado inglés.
Conocía a fondo la doctrina marxista concebida por sutiles cerebros no-rusos, no-
alemanes, y conocía también a fondo a los revolucionarios no-rusos que acababan
de implantar el comunismo en la URSS. Reilly estaba al tanto de esa maquinación
y negaba a cooperar con ella. Por el contrario, se convirtió en uno de los más
entusiastas agentes de la oposición antibolchevique en la Europa Occidental.
Reilly decía: "Los alemanes son seres humanos. Podemos permitirnos incluso ser
batidos por ellos, mientras que aquí. . . está llegando a la madurez el enemigo
máximo del género humano. Si la civilización no se apresura á aplastar este
monstruo mientras aún queda tiempo, el monstruo acabará devorando a la
civilización. . . Hay que extirpar, al precio que sea, esta indecencia nacida en
Rusia. . . Sólo existe un enemigo. La humanidad debe unirse en santa alianza
contra este terror de medianoche". (II)
En sus correrías anticomunistas por Europa, Reilly hizo contacto con agentes
comunistas infiltrados como anticomunistas. Después de una serie de éxitos
iniciales, calculados para hacerlo tomar confianza, Reilly se internó en la URSS a
fin de realizar más amplios trabajos de insurrección, pero fue inmediatamente
detenido, atormentado y liquidado.
Los rusos blancos que habían emigrado de Rusia eran una amenaza para el
régimen de Moscú. Por sí mismos (millón y medio) constituían una fuerza, pero
además daban aliento a la oposición interna.
El general Wrangel, del antiguo ejército ruso, residía en Bruselas y dirigía la
formación de escuelas militares pera los exiliados. Su principal auxiliar y heredero
en el mando de la oposición en el exilio era el general Alexander Paulovich
Kutyepov, residente en París.
La infiltración tendía sus redes dentro de los opositores del exilio, "se acercaba
hacia los príncipes de la sangre o de la iglesia", dice Geoffrey Bailey, y un día el
general Kutyepov fue esperado al salir de misa por uno de sus más allegados
colaboradores (que en realidad era infiltrado) y llevado a un sitio donde lo
esperaba un automóvil, con un falso policía francés uniformado. Por la fuerza lo
introdujeron al automóvil, le aplicaron éter hasta hacerlo dormir, lo trasladaron a la
costa francesa envuelto en unos mantas, lo metieron en una lancha y lo subieron
al barco soviético "Spariak", que se hallaba ó poca distancia.
(Enero 26 de 1930). La maniobra del embarque fue presenciada por unos
aldeanos y la policía pudo así reconstruir casi todas las fases del secuestro. Los
agentes de la INO esparcieron versiones infamantes para el general, diciendo que
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