INFILTRACIÓN MUNDIAL - SALVADOR BORREGO E. Infiltración Mundial (Salvador Borrego E.) | Page 203

Al día siguiente (2 de febrero) esas tropas radiaron el siguiente mensaje: “Hemos combatido hasta el último cartucho contra un enemigo de una aplastante superioridad. ¡Viva Alemania!” De un ejército de 280.000 hombres en el momento de quedar cercado, cayeron 91.000 prisioneros encabezados por un mariscal y 25 generales. Supuesto que los vehículos los usaban los ejércitos soviéticos para iniciar su tan retrasado avance hacía Ucrania, los prisioneros alemanes fueron formados en columnas y llevados a pie a través de la nieve. Sus captores les gritaban “fascistas”, en ocasiones les escupían la cara y a veces los golpeaban con el fusil. Para miles de prisioneros exhaustos aquello era demasiado y se iban quedando atrás o se desplomaban en la nieve. Entonces recibía un tiro en la cabeza. En el cautiverio se inicia otro infierno, quizás peor que el de Stalingrado, porque ya no se podía luchar. Sólo sufrir. De aquellos 91.000 prisioneros, antes de cinco meses ya habían muerto cuarenta mil. El resto se fue extinguiendo en los tres años siguientes y sólo se salvaron seis mil. La infiltración había ayudado a la URSS a ganar una gran batalla. El Alto mando Alemán anunció que el sacrificio no era en vano porque había mantenido inmóviles a seis ejércitos enemigos: “Murieron para que Alemania viva. Su ejemplo perdurará hasta los tiempos más lejanos, a pesar de toda la falsa propaganda bolchevique. Pero las divisiones del 6º ejército están ya naciendo de nuevo.” El Ministro Goebbels agregó: “¡Que obligación nos lega esa actitud a todos nosotros! Stalingrado fue y es el gran grito de alarma del destino”6 Hitler rindió tributo a las tropas del 6º Ejército y declaró cinco días de luto nacional, pero lamentó que Von Paulus, en lo personal, no hubiera emulado a Leonidas. “Lo que va ha seguir es fácil de imaginar – dijo -. Paulus va a ser llevado a Moscú y una vez cogido en la trampa, hará todas las confesiones que los soviéticos quieran, firmará lo que sea, hará proclamas, ya lo verán. (1) “Ya esta en la pendiente resbaladiza de la quiebra moral. Se deslizará hasta el final6 Verán lo que les digo. Antes de una semana, Seydlitz, Schmidt y el propio Paulus hablarán por Radio Moscú6 Los encarcelarán en Lubianka, donde serán acosados por las ratas. ¿Cómo han podido mostrarse tan cobardes?... (1) Así ocurrió 4 meses después. 203