INFILTRACIÓN MUNDIAL - SALVADOR BORREGO E. Infiltración Mundial (Salvador Borrego E.) | Page 201

sector se perdía la pista de Stalindradsky, la última que quedaba para recibir cierto socorro aéreo. Hasta entonces se había logrado sacar del cerco 40.000 heridos. El 27 de enero (dos meses y cinco días después de consumado el cerco), el general Von Seydlitz, comandante del 51º cuerpo de tanques, insistió una vez más con Von Paulus para que ordenara cesar la resistencia. Von Paulus dijo que no podía hacerlo. El general Helmut Schlomer, jefe de Estado Mayor de Von Seydlitz, apoyó a este en la demanda de capitulación. El general Schmidt, segundo de Von Paulus, les dijo: “Conocemos la situación, y la orden dice que debemos seguir luchando.” - “¿Con qué?” – preguntó el general Schlomer. Su ayudante, el coronel Müller, se adhirió a la propuesta de rendición. El general Schmidt contestó: “Los soldados aún tienen bayonetas o pueden dar mordiscos6” El coronel Müller perdió la razón, desenfundó su pistola y amenazando con ella salió corriendo del edificio y se perdió entre las ruinas. No fue posible encontrarlo. Aunque sin autorización, el general Von Seydlitz ordenó que su 51º cuerpo de ejército se rindiera, pero inmediatamente se le retiro el mando y fue sustituido (día 29) por el general Heitz, quién expidió una orden del día que decía: “Quién capitule será fusilado. Quién presente bandera blanca será fusilado. Quién no entregue inmediatamente un pan o una salchicha que hayan arrojado nuestros aviones, será fusilado.” Sin embargo, el general Von Seydlitz y su estado Mayor treparon por un muro para entregarse a los soviéticos. Sus antiguos subordinados les hicieron fuego – acatando la orden del día del nuevo comandante – y así murieron el coronel Schilling y el capitán Bethge, pero Von Seydlitz logró llegar hasta el más cercanos puesto enemigo y rendirse. 201