INFILTRACIÓN MUNDIAL - SALVADOR BORREGO E. Infiltración Mundial (Salvador Borrego E.) | Page 190
Kluge de que ayudara a matar a Hitler. Von Kluge se hallaba bajo la constante
presión de su jefe de Estado Mayor, el general Von Tresckow, que era uno de los
infiltrados más activos.
Entretanto, Ludwig Beck trataba de ganarse al general Von Paulus, comandante
del 6º ejército, a quien le envió un mensaje secreto instándolo a rebelarse junto
con su ejército.
Durante una visita al cuartel general de Hitler, Canaris y un ayudante suyo
aguardaban en un prado. El ayudante divisó a Hitler y dijo: "A esta distancia el
blanco es seguro". Canaris le dilo: "Hágalo, pues" Pero el ayudante repuso que no
llevaba pistola.
Hitler comentaba entre sus íntimos: "Yo comprendo perfectamente que el 90% de
los asesinatos históricos han sido coronados por el éxito. La única medida
preventiva que se puede tomar es no llevar una vida regular. Hay que andar,
conducir el propio coche, viajar a horas irregulares y de improviso... Siempre que
puedo, cada vez que me desplazo en coche, parto de improviso y sin prevenir a la
policía".
Durante ese invierno Hitler guiaba su automóvil rumbo a Berchtesgaden, en
compañía de Eva Braun, y un individuo le hizo un disparo que pegó en el
parabrisas. Hitler se detuvo y capturó al fallido asesino, que se había
quedado paralizado, a un lado de la carretera. Se veía que no era un experto,
ni mucho menos, pero no fue posible hacerle hablar, y se le ejecutó.
(1) Auge y Caída del III Reich.- William L. Shirer, procomunista.
ORDEN DEL DÍA: “¡SEIS EJÉRCITOS NOS CERCAN!”.
El 19 de noviembre las recién entrenadas y equipadas reservas soviéticas (que
con base en informes falsos Hitler creía que no existían) se lanzaron en
impresionantes oleadas sobre el tercer ejército rumano, que se hallaba sobre el rio
Don, en el flanco izquierdo del 6º ejército alemán.
Hacía tiempo que los rumanos estaban solicitando armas antitanque, pero no las
recibían. No se sabe hasta qué punto la demora en surtírselas fue un acto
deliberado del general Fritz Lindemann, jefe de Municionamiento, pero es un
hecho que éste formaba parte del grupo de conjurados de Ludwig Beck y
Tresckow. (1)
Al sobrevenir la ofensiva soviética en el sector del tercer ejército rumano hubo
perforaciones y gritos de "tanques a retaguardia", y el sector rumano se derrumbó.
En el flanco derecho del 6º ejército, o sea en el sector del cuarto ejército rumano,
pasó algo parecido. Las dos tenazas soviéticas penetraron profundamente y se
unieron en Kalach, sesenta kilómetros a retaguardia de Stalingrado.
190