También aparecieron letreros pintarrajeados:“ Mueran los judíos”, o bien,“ Muera el comunismo”.
Varios civiles fueron fusilados.
Aquellos acontecimientos fueron presenciados en Moscú por el judío Mendel Mann, quien años después emigro a Israel y ahí escribió un libro llamado“ Ante las puertas de Moscú”, en el que relata haber visto que dos soldados heridos gritaban en una calle poco transitada:“ Tanques alemanes en la calle Kaluga y en Psootschnaia. ¡ Están ya en la ciudad!, ¡ Vienen!... Algunos curiosos fueron reuniéndose ahí. Tres milicianos y tres de la NKVD se acercaron y uno de los soldados heridos dijo:“¡ Por ahí vienen los alemanes!” �La patrulla desapareció en un oscuro portal. Poco después volvían a salir los seis hombres con la cabeza descubierta y sin armas; habían arrancado de sus capotes militares el emblema de la milicia.
“ Las ratas abandonan el barco que se hunde”, grito una mujer.“ Que huyan, ya les darán alcance”“ Lentamente-sigue narrando mendel Mann- la masa iba formando una proseción.
Al frente marchaban los dos heridos, luego unas mujeres y atrás la muchedumbre”.
“ De las bocacalles salian muchachos de catorce y quince años que trabajaban en las fábricas. Gritando se unieron a los mayores. De pronto un hombre desplegó un paño blanco y lo esgrimió como una bandera sobre su cabeza. En el centro había dibujado una cruz gamada negra”.
“ La muchedumbre retrocedió y se quedo luego como petrificada”.“¡ Mueran los comunistas!”, grito el hombre. ¡ Abajo los judíos!
“ El cielo gris de Moscú se había vuelto silencioso. Como un bloque de infinito miedo colgaba sobre los seres humanos.
“¡ La guerra ha terminado!”“¡ Gracias Virgen santa Madre de Dios!”
“ Las pistolas automáticas de una unidad de recuperación pusieron fin a la situación. Y los alemanes no llegaban. ¿ Por qué no? ¿ Dónde estaban, después de haber cruzado en muchos puntos ante Moscú, la autopista y la carretera, solamente a una hora de coche de la ciudad?”
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